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Santos Ponciano e Hipólito I Santo del día I Amén Comunicaciones

Santos Ponciano (papa), e Hipólito (presbítero)

«Modelos de perdón y reconciliación»

La Liturgia hoy hace memoria de los Santos mártires Ponciano e Hipólito, Papa y Presbítero que, deportados al mismo tiempo a Cerdeña, afrontaron allí una condena común y fueron ceñidos, según la tradición, con una única corona. Su historia se convierte en modelo de perdón y reconciliación al interior de la Iglesia.

San Hipólito, el mártir, que la Iglesia conmemora hoy junto con el papa san Ponciano, fue uno de los grandes teólogos romanos, que escribió en lengua griega. Era sacerdote y escritor eclesiástico de primera categoría. Escritor fecundo y brillante, autor de muchas obras entre ellas “Refutación de todas las herejías” y la “Tradición Apostólica”, sobre el culto cristiano en la iglesia antigua. Describe las ceremonias de ordenación de obispos, del Bautismo, el uso de la señal de la Cruz contra las tentaciones, el Canon II (Plegaria
Eucarística).

Fue discípulo de San Irineo de Lyon, y experto en la interpretación de las Sagradas Escrituras, escribió comentarios del Antiguo y Nuevo Testamento. Gozaba de gran credibilidad entre el pueblo. San Jerónimo le calificó de “Varón muy santo y elocuente”. Hipólito acusó al papa san Ceferino de haberse mostrado negligente en descubrir y denunciar la herejía. San Calixto I fue elegido papa, y suavizó la disciplina penitencial, con los pecadores admitidos a la reconciliación, se mostró tolerante con los clérigos prevaricadores, Hipólito no lo reconoció como Papa y se retiró de la comunión con la  Iglesia romana, se constituyó en antipapa frente a un núcleo reducido de cristianos disidentes, pero Influyentes. El cisma de Hipólito continuó durante los pontificados de Urbano I y de Ponciano.

Durante la persecución de Maximino de Tracia, emperador cruel, que veía en Ponciano e Hipólito dos enemigos del Imperio, los hizo detener y los condenó desterrados a trabajos forzados en las minas de sal de Cerdeña. Allí se reconciliaron los dos, hicieron las paces, renunciaron al Pontificado para facilitar la pacificación de la comunidad romana que de este modo pudo elegir al nuevo Papa y dar por terminado el cisma. ÉL se reconcilió con la Iglesia y pidió a sus seguidores que también lo hicieran.

Ponciano e Hipólito fueron maltratados y martirizados en la isla insalubre de Cerdeña. Ambos murieron
en el año 235. El Papa Fabián hizo trasladar sus cuerpos solemnemente a Roma y son honrados como mártires. San Hipólito fue llevado al cementerio Tiburtina En el siglo XVI, se descubrió una estatua de Hipólito (del Siglo III) en mármol, lo representa sentado en una cátedra y allí figura esculpido un catálogo de sus Obras completas. ÉL fue el último escritor romano en utilizar el griego.

San Ponciano: Hombre sensato y conciliador Era probablemente romano, y sucedió a San Urbano I en la sede de Roma hacia el año 230. Ordenó el canto de los Salmos en la Iglesia, y el saludo: “El señor esté con vosotros”. Convocó en Roma el sínodo que confirmó la condenación pronunciada en Alejandría de ciertas doctrinas que se atribuían a Orígenes. Enfrentó al antipapa Hipólito que creó el primer cisma en la Iglesia católica, al desconocer la elección del diácono Calixto I, como Papa. Hipólito se erigió como jefe, aludiendo que él representaba la tradición.

Durante el corto pontificado de Ponciano, Valeriano, pagano notable, (Esposo de santa Cecilia), se convirtió al cristianismo y luego fue martirizado. Al estallar la persecución contra los cristianos, desatado por el emperador Maximino, al ver que los cristianos de Roma se apoyaban en Hipólito y Ponciano, fue
desterrado a Cerdeña calificada como “Insalubre”, por las minas de sal que había en ella. Allí Ponciano renunció al Pontificado. Esta es la primera renuncia de un Papa que se registra en la historia de la Iglesia Católica. Se reconcilió con Hipólito, y unidos en una misma confesión de fe recibieron el martirio. Parece ser que ser murió apaleado el 19 de noviembre año 235. Su cuerpo fue trasladado por el papa Fabián a Roma al cementerio de San Calixto.

Enseñanza para la vida:

En la convivencia, en la familia, en el trabajo, en el apostolado nos encontramos personas con diferentes maneras de pensar y actuar, busquemos siempre el diálogo y la reconciliación, para evitar enfrentamientos, que nos llevan a perder la paz del corazón.

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