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Santos Luis Martín y María Celia Guérin I Santo del día I Amén Comunicaciones

Santos Luis Martín y María Celia Guérin

padres de santa Teresita

«Matrimonio de vida cristiana ejemplar»

Santa Teresita escribió: “Dios me dio un padre y una madre más dignos del cielo que de la tierra”. 
Los Santos padres, Luis y Celia tienen una bella historia de amor marcada por la confianza en
Dios, una intensa vida piadosa y educación cristina de sus hijas. Los dos fueron canonizados el 18 de octubre de 2015. Primer matrimonio declarado Santo el mismo día. Su fiesta se celebra hoy 12 de julio, día del aniversario de sus bodas.

Luis Martín:  nació en 1823 en Burdeos (Francia). Su padre Luis Pierre era capitán del ejército. Su madre Marie Fanny Bureau, era una cristina de fe viva y piadosa. Cuando el padre se jubiló, la familia se mudó a Alençon en 1831. Allí, Luis estudió con los hermanos de las Escuelas Cristianas. Culminó su formación y aprendió el oficio de relojero. A los 22 años quiso consagrarse a Dios en la vida religiosa. Se dirigió al Monasterio de San
Bernardo, con intención de ingresar en esa Orden. No fue admitido, por no saber latín. Con gran valor se dedicó a estudiarlo durante más de un año, con clases particulares, pero renunció al proyecto. Su madre, en una carta le exhortaba a «ser siempre humilde».
En Alençon puso una relojería. Sus padres, tras la muerte de los otros hijos, vivieron con él. En 1871 vendió el edificio. Por amor al silencio y al retiro compró una pequeña propiedad con una torre y un jardín. Instaló una imagen de la Virgen, conocida como la Virgen de la Sonrisa.

Celia Guérin nació en Gandelain, Normandía (Francia) el 23 de diciembre de 1831. Su padre Isidoro Guérin, militar y la madre Louise-Jeanne Mace, dieciséis años más joven que el padre. Para ellos, la vida fue dura y eran rudos, autoritarios y exigentes, pero con una fe firme.
Celia, inteligente, comunicativa, decía: “que su infancia y juventud fueron tristes”. Cuando su padre se jubiló, la familia se estableció en Alençon. Tuvieron muchas dificultades económicas. Celia entró en el internado de las religiosas de la adoración perpetua; aprendió el arte del punto de Alençon encaje de los más famosos de la época. Se dedicó a la confección de dicho encaje. Con la ayuda de su hermana, creó una empresa que fue reconocida por su calidad.

Luis y Celia sintieron en su juventud el deseo de consagrarse a Dios a través de la vida Religiosa, luego se cruzaron por primera vez en abril de 1858 en el puente San Leonardo. Ella quedó impresionada por ese “joven de noble fisonomía, semblante reservado y dignos modales”, sintió y oyó interiormente que ese era el hombre elegido para ella. En poco tiempo los dos jóvenes, se enamoraron, amaron y contrajeron matrimonio la noche del 12 al 13 de julio de 1858.

Llevaron una vida matrimonial ejemplar: misa diaria, oración personal y comunitaria, confesión frecuente, participación en la vida parroquial. De su unión nacieron nueve hijos, cuatro murieron prematuramente. Sobrevivieron 5 hijas y les transmitieron el amor a Dios y al prójimo.
Las educaron para ser buenas cristianas y ciudadanas honradas. A los 45 años, Celia recibió la noticia de que tenía un tumor en el pecho y pidió a su cuñada que, cuando ella muriera, ayudara a su marido en la educación de los más pequeños. Vivió con firme esperanza la enfermedad hasta su muerte en 1877. Luis se trasladó a Lisieux y en casa de Isidore (hermano de Celia) pudo cuidar de las hijas. Años más tarde todas se hicieron religiosas. Teresa entró al Carmelo a los 15 años. Fue el mayor sacrificio separarse de ella a quien llamaba “Mi reinecita”. Luis tenía una enfermedad que lo fue invalidando hasta perder sus facultades mentales. Internado en el sanatorio de Caen, murió en julio 29 de 1894.

Su hija Teresa fue proclamada santa el 17 de mayo de 1925 por el Papa Pío XI. Luis y Celia fueron canonizados el 18 de octubre de 2015 por el Papa Francisco durante el sínodo de la Familia. Fue un matrimonio con un testimonio de vida cristiana auténtica, caridad en grado sumo, su casa era un espacio de acogida. Valientes, ante las dificultades. De un Amor
transparente y una fe profunda

Enseñanza para la vida:

Desde una vida sencilla de esposos, cumplidores de sus deberes, excelentes padres y educares de sus hijos en la oración, la fe, la práctica Sacramental; en el amor, servicio, la caridad, el respeto, se puede alcanzar la Santidad.

Oración por la fidelidad de los esposos

Señor, Padre santo, Dios omnipotente y eterno,

te damos gracias y bendecimos tu santo Nombre. Tú has creado

al hombre y a la mujer para que el uno sea para el otro, ayuda y apoyo.

Acuérdate hoy de nosotros. protégenos y concédenos que nuestro amor sea entrega

y don, a imagen de Cristo y de la Iglesia. Ilumínanos y fortalécenos en la tarea

de la formación de nuestros hijos, para que sean auténticos cristianos

Y constructores verdaderos de la ciudad terrena. Haz que vivamos juntos largo

Tiempo, en alegría y paz, para que nuestros corazones puedan orar siempre hacia ti,

Por medio de tu Hijo en el Espíritu Santo, la alabanza y la acción de gracias. Amén.

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