Santo Rosario
Misterios de Gloria (miércoles y domingo)
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Iniciamos…
Por la Señal de la Santa Cruz de nuestros enemigos líbranos Señor Dios Nuestro.
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
Creo en Dios, Padre todopoderoso,
creador del cielo y de la tierra.
creo en Jesucristo, su único Hijo, Nuestro Señor,
que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo,
nació de Santa María Virgen,
padeció bajo el poder de Poncio Pilato,
fue crucificado, muerto y sepultado,
descendió a los infiernos,
al tercer día resucitó de entre los muertos,
Subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios,
Padre todopoderoso.
Desde allí ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos.
Creo en el Espíritu Santo, la santa Iglesia católica,
la comunión de los santos, el perdón de los pecados,
la resurrección de la carne y la vida eterna.
Amén.
Primer Misterio: La resurrección del Hijo de Dios
«El primer día de la semana, muy de mañana, fueron al sepulcro llevando los aromas que habían preparado. Pero encontraron que la piedra había sido retirada del sepulcro, y entraron, pero no hallaron el cuerpo del Señor Jesús. No sabían que pensar de esto, cuando se presentaron ante ellas dos hombres con vestidos resplandecientes. Ellas, despavoridas, miraban al suelo, y ellos les dijeron: «¿Por qué buscáis ente los muertos al que está vivo? No está aquí, ha resucitado»» (Lc 24, 1-6).
Después de enunciar el misterio y ofrecerlo se reza un Padrenuestro, diez Avemarías y un Gloria.
Segundo Misterio: La Ascensión del Señor al cielo
«El Señor Jesús, después de hablarles, ascendió al cielo y se sentó a la derecha de Dios» (Mc 16, 19).
Después de enunciar el misterio y ofrecerlo se reza un Padrenuestro, diez Avemarías y un Gloria.
Tercer Misterio: La venida del Espíritu Santo
«Al llegar el día de Pentecostés, estaban todos reunidos en un mismo lugar. De repente vino del cielo un ruido como el de una ráfaga de viento impetuoso, que llenó toda la casa en la que se encontraban. Se les aparecieron unas lenguas como de fuego que se repartieron y se posaron sobre cada uno de ellos; quedaron todos llenos del Espíritu Santo y se pusieron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les concedía expresarse» (Hch 2, 1-4).
Después de enunciar el misterio y ofrecerlo se reza un Padrenuestro, diez Avemarías y un Gloria.
Cuarto Misterio: La Asunción de María al cielo
«Todas las generaciones me llamarán bienaventurada porque el Señor ha hecho obras grandes en mí» (Lc 1, 48-49).
Después de enunciar el misterio y ofrecerlo se reza un Padrenuestro, diez Avemarías y un Gloria.
Quinto Misterio Glorioso: La coronación de María como Reina y Señora de todo lo creado
«Una gran señal apareció en el cielo: una mujer, vestida de sol, con la luna bajo sus pies, y una corona de doce estrellas sobre su cabeza» (Ap 12, 1).
Después de enunciar el misterio y ofrecerlo se reza un Padrenuestro, diez Avemarías y un Gloria.