San Wenceslao
príncipe cristiano, mártir
«Misericordioso para con los pobres»
Celebra hoy la liturgia, la memoria de San Wenceslao, primer Duque de Bohemia, príncipe Cristiano mártir. Nació en 907 en Stichov, cerca de Praga. Fueron sus padres Ratislav y Drahomira, bautizado por un fraile eslavo, (Pablo), discípulo del apóstol Metodio.
Fue educado desde su infancia por su abuela Santa Ludmila, quien lo formó en la fe cristiana y le inculcó el amor y servicio a Dios. Luego lo enviaron al liceo de la Iglesia de San Pedro, (Budec), donde aprendió latín “Hablaba, leía y escribía el latín como cualquier obispo y leía el eslavo con facilidad”. Era todavía muy joven cuando su padre murió en una de las batallas contra los magiares, y su madre, Drahomira asumió el gobierno y bajo la influencia de la nobleza pagana, impuso una política anticristiana o “Secularista” que convirtió el pueblo en un caos total.
El cambio de política dio como resultado que Drahomira experimentara terribles celos ante la influencia que ejercía santa Ludmila sobre su hijo mayor. Denunció a la Santa como a una usurpadora que había formado a Wenceslao para el convento y no para el trono. Ludmila, muy afligida por aquellas acusaciones y muy preocupada por los desórdenes
públicos y la lucha contra la Religión cristiana, que ella y su esposo habían establecido a costa de innumerables dificultades, optó por cortar por lo sano y, mediante largas y graves conversaciones con Wenceslao, trató de convencerle de la necesidad urgente que había de que tomara las riendas del poder en sus manos para salvaguardia del cristianismo.
Los nobles se enteraron de aquellos manejos, y dos de ellos fueron enviados al castillo de santa Ludmila, en Tetin, donde la estrangularon a fin de que Wenceslao privado de su apoyo, no pudiese emprender el gobierno de su pueblo. La reina Drahomira, por intereses ajenos a la cuestión, la expulsaron del trono y, por voluntad del pueblo, Wenceslao fue proclamado rey. Como primera medida, el joven monarca anunció que apoyaría a la Ley y a la Iglesia de Dios; que impondría castigos muy severos a los culpables de asesinato o de ejercer la esclavitud y que se comprometía a reinar con justicia y misericordia.
Mandó traer a su madre que estaba desterrada en Budech y desde entonces, ella vivió en la corte sin intervenir en el gobierno de Wenceslao. Fue severo consigo, pacífico en la administración del reino y misericordioso para con los pobres, redimiendo para ser bautizados a esclavos paganos que estaban en Praga para ser vendidos.
En una ocasión el rey de Alemania Enrique primero, convocó una asamblea de regentes. El joven Wenceslao llegó muy retrasado, e hizo esperar a todos los demás cuando se abrieron las sesiones. Se excusó diciendo que se le pasó el tiempo en la práctica de sus devociones y pidió que no se le presentaran los saludos.
En el curso de aquella reunión, Wenceslao solicitó la gracia especial de que le
fuera concedida a su país la conservación de una parte de las reliquias de san Vito. Se le concedió y un brazo del santo fue cedido a Bohemia. Para guardar la reliquia, el joven monarca construyó en Praga, una gran iglesia, donde ahora se encuentra la catedral. En el terreno político, Wenceslao cultivó las relaciones amistosas con Alemania y protegió la unidad de su país. Reconoció al rey Enrique 1º. como el señor de todas las tierras y como el heredero de Carlomagno.
Sus obras hicieron prosperar a Bohemia, pero dieron lugar a crear un partido de oposición, formado por los que se contrariaron a causa de la influencia que el clero
ejercía sobre Wenceslao. Este se casó y, al nacer su hijo primogénito, su hermano menor, Boleslao, resentido al ver que se perdía la ocasión para ascender al trono, se unió al partido de los opositores descontentos. Ávido de poder y apoyado por unos cortesanos, conspiró contra Wenceslao, lo invitó a la fiesta de los patronos, en la ciudad de Stará Boleslav cerca de Praga, y al terminar las festividades, Boleslao asesinó de una puñalada al santo rey, el 28 de septiembre.
El pueblo lo proclamó como mártir de la fe, y pronto la Iglesia de San Vito -donde se encuentran sus restos (llevados por su hermano arrepentido), se convirtió en centro de peregrinaciones. Es proclamado como patrón del pueblo de Bohemia. Su devoción es tan grande que se le profesa también como Patrono de la república Checa.
Enseñanza para la vida:
La ambición de poder y la envidia, despiertan en el ser humano las más bajas pasiones, hasta el punto de asesinar a miembros de su familia. Pidamos al Señor, la gracia de no dejarnos llevar por este pecado que nos destruye y destruye a los demás.
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