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San Raimundo de Peñafort I Santo del día I Amén Comunicaciones

San Raimundo de Peñafort

Presbítero fundador

«Gran celo por la Evangelización y Predicación»

Nació en 1175, en el castillo de Peñafort, cerca de Barcelona, España. Raimundo significa “Buen consejo”
Sobresalió académicamente y llego a ser profesor de Filosofía a los 20 años. Se doctoro en la prestigiosa universidad de Bolonia en derecho civil y eclesiástico, donde conoció a santo Domingo de Guzmán, la vida y misión de la orden de predicadores.

De regreso a Barcelona fue nombrado canónigo y participo en la unificación de la liturgia de Roma.
A los 40 años de edad, ingresó a la Orden de Predicadores Dominicos y opto por una vida de evangelización y predicación.

Pidió realizar oficios humildes, para no dejar que el orgullo envenenara su alma, no obstante, dada su sabiduría, cercanía y compasión, que le hacía excelente consejero los superiores le encargaron la tarea de responder a preguntas difíciles de moral.

Tenía gran celo por la evangelización, trabajando intensamente en la instrucción, la confesión y la predicación; estaba dotado con la «eficacia de la palabra». Colaboró con San Pedro Nolasco en la fundación de la orden de Nuestra Señora De La Merced (Padres Mercedarios), dedicada principalmente a rescatar a los cristianos cautivos y esclavizados por los musulmanes.

San Raimundo es invitado por El Papa Gregorio IX, para que fuera su confesor. Y le encargó trabajar en el código de derecho canónico que por muchos años fue la mejor obra al respecto. Debido a su enfermedad regreso a Barcelona, donde se fortaleció aún más en la contemplación y la oración. A pesar de su enfermedad, fue nombrado Superior General de la Orden de los predicadores de Santo Domingo, siendo el tercer superior general de la congregación. Labor que realizó con austeridad, obediencia y humildad.

Visitó las casas de la orden y enseñaba con amor la entrega que se debe hacer por Jesús y los pobres.
Modificó el código de la Orden, y logró la aprobación de la medida para aceptar la renuncia voluntaria de su superior, por causa justa.

En 1240 ante el capitulo general de la orden presento la renuncia, y se dedicó a la evangelización y al bautizo de herejes. Fundó varios conventos en España, enseñó lenguas a los novicios de la orden.
San Raimundo murió en Barcelona el 6 de enero de 1275, a los 100 años de edad.
Sus restos mortales están en la Catedral de Barcelona, España. Fue canonizado por el Papa Clemente VIII el 26 de abril de 1601

Aprendizaje para la vida

Usar los dones y talentos (intelectuales, morales, espirituales) que Dios nos ha dado, en el cumplimiento de la misión que tenemos. No guardarlos para el propio bien sino colocarlos al servicio de los demás.
Como seres humanos no somos exentos de sufrir los agobios y limitaciones de una enfermedad que nos incapacite para hacer el bien, ante esta realidad san Raimundo nos enseña que desde la oración podemos construir el reino y darle un valor redentor.
A pesar de sus dolencias el continuo su obra apostólica de aconsejar, confesar y orientar a quienes requerían de su acompañamiento.

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