Santos Luis Versiglia (obispo), Calixto Caravario (presbítero)
Mártires
«Es posible llevar el sufrimiento y el martirio, si se está abandonado en las manos de Dios»
Luis Versiglia nació el 5 de junio de 1873 en Oliva Gessi, Pavía – Italia. Era un joven educado, sociable, ingenioso y muy sensible.
A los doce años llegó a estudiar en el Oratorio de Valdoco dirigido por Don Bosco. Quería ser veterinario pero el rumbo de su vida cambiaría cuando empezó a conocer a su director espiritual Don Bosco. Lo marcó profundamente el ejemplo de santidad y servicio de este santo. Decidió llegar a ser servidor de Dios. Hizo el noviciado en Figlizzo, profesó sus votos a los 16 años.
Fue ordenado sacerdote en 1895. Sirvió 9 años como director del noviciado en Genzano cerca de Roma.
A los 33 años fue llamado para hacer misión en China y sintió una inmensa alegría porque este había sido su más grande deseo, “ser misionero”. A su llegada se le asignó un orfanato con 55 jóvenes en Macao. Vivió en 1910 las tensiones socio – políticas de China y con ellas el anticlericalismo.
Hubo persecuciones y aun así llevó a cabo con sabiduría la misión en Heung Chow, Shek Ki y Rio de Perlas. Fue ordenado Obispo de Schiu Chow en 1920, Allí impulsó escuelas, seminarios, casas de formación, orfanatos, residencias de ancianos.
Conoció a Calixto Caravario en 1922, un Joven de 19 años, que se estaba formando como Salesiano y sería el que lo acompañaría en las siguientes misiones en China.
Este joven entusiasta fue ordenado en el año 1929 por el mismo Monseñor Luis. El 25 de febrero de 1930, en una Misión a Linchow estos 2 sacerdotes y 3 alumnas salesianas fueron atacados por unos piratas comunistas que querían lastimar a las tres jovencitas. En el intento por proteger a estas 3 mujeres, los 2 sacerdotes fueron golpeados y ultrajados, hasta finalmente ser fusilados en el bosque Bambu. Sus restos fueron trasladados a Italia. En 1976 el Papa Pablo VI los declaró Mártires. El 15 de mayo de 1983 el Papa San Juan Pablo II los beatificó y el 1 de octubre del año 2000 los canonizó.
Enseñanzas para la vida:
San Luis Versiglia y San Calixto Caravario con su testimonio nos enseñan que el servicio misionero a la Iglesia es el mejor obsequio que todo bautizado puede dar, porque allí encuentra el sentido del amor al prójimo y la santidad para el alma.
También nos enseña que el martirio y el sufrimiento es posible sobrellevarlo cuando nos abandonamos en las manos providentes de Dios.
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