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San José Sebastián Pelczar I Santo del día I Amén Comunicaciones

San José Sebastián Pelczar

Fundador

«Vivir de acuerdo con la voluntad de Dios, trae una paz inquebrantable»

Nació el 17 de enero de 1842 en Korczyna, Polonia.
Sus padres Adalberto y Mariana le brindaron una esmerada formación y una educación sólida en la fe.
Tenía aptitudes extraordinarias para el estudio, pronto descubrió que deseaba seguir a Cristo y todo en él fue adecuar su vida a la voluntad divina. El decía: “Vivir de acuerdo con la voluntad de Dios, trae paz inquebrantable. ¿Qué puede inquietar al que todo lo recibe con alegría, sabiendo que todo proviene de la voluntad de Dios llena de amor?”.

Entró al seminario menor en el año 1860 y posteriormente pasó al mayor. Se ordenó sacerdote y viajó a Roma donde profundizó sus conocimientos y fortaleció su gran amor a la Iglesia y al papa. Fue insigne confesor y predicador.

Los dones y carismas recibidos no se los guardó, sino que los puso siempre al servicio de los demás. Su lema era: “todo para el único Dios” y sus pilares eran la oración constante y la celebración de la Eucaristía. Se caracterizó por llevar una vida austera, entregada hacia los demás, todo cuanto tenía se lo daba a los más pobres. Tuvo claro el sentido de su compromiso apostólico, él decía: “no basta dar dinero a los pobres. El dinero no tiene ojos, labios, ni corazón. El dinero no habla, no consuela, no aconseja. Mientras que el pobre necesita el consuelo, alivio, consejo y esperanza. La verdadera prueba del amor y misericordia para con los pobres es visitarlos”.

Su devoción al Sagrado Corazón de Jesús, lo motivó a fundar en 1984, junto a la Madre Klara, la Congregación de las Siervas del Sagrado Corazón de Jesús, con el objetivo de servir a los jóvenes, enfermos y quienes necesitaran ayuda y su carisma es la difusión del reino del amor del Corazón de Jesús.
Murió el 28 de marzo de 1924. Fue beatificado por San Juan Pablo II el 2 de junio de 1991. Y él afirmó en la ceremonia: «He aquí un hombre que no solamente decía ‘Señor, Señor’ sino que cumplía la voluntad de Dios». Él mismo lo canonizó el 18 de mayo de 2003.

Aprendizaje para la vida

Servir a Dios es nuestra tarea principal frente a la cual todo lo demás es nada, así nos lo enseñó San José Sebastián a partir de su experiencia de servicio total y desinteresado a los demás, hoy nosotros estamos llamados a servir con un corazón alegre y dispuesto por encontrar en el otro, el rostro de Jesús. No basta solo con dar dinero, es visitar, servir y acompañar a quien nos necesite.

El servicio y la entrega a los demás es fruto de una íntima relación con Dios en la oración, profunda y constante, que nos motiva y sostiene para no desfallecer en la tarea diaria de ayudar a nuestro prójimo.

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