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San José de Calasanz I Santo del día I Amén Comunicaciones

San José de Calasanz

presbítero fundador

«Dios me lo dió, Dios me lo quitó, bendito sea»

La Liturgia hace hoy memoria de San José de Calasanz, fundador de la Orden de los Clérigos
Regulares pobres de la Madre de Dios de las Escuelas Pías (padres Escolapios). Primero  en
evangelizar en la piedad y las letras a todos los niños, pobres y ricos. Primero en crear un sistema educativo gratuito del mundo a cualquier niño de cualquier clase social y culto religioso. Siguió la voz del Señor que le dijo: “José, entrégate a los pobres, enseña a estos niños y cuida de ellos.

José nació el 11 de noviembre de 1557, en Peralta de la Sal, Aragón (España). Fueron sus padres Pedro de Calasanz (alcalde del pueblo) y María Gastón. Hasta los once años, hizo la primaria en su
pueblo. Luego se fue a Estadilla, donde siguió estudio de humanidades. Sus compañeros se
burlaban por su virtud y fidelidad en el cumplimiento de sus deberes religiosos. El padre deseaba
que fuera militar, pero él tenía otros planes, porque quería ser sacerdote y lo persuadió de que
le dejase ir a estudiar en la Universidad de Lérida. (Lleida en Catalán) se fue en 1571 para esta
ciudad, donde estaba la Universidad más prestigiosa de Aragón. Los estudiantes se agrupaban
por naciones. José fue elegido Prior de los aragoneses. Allá, José estudió Filosofía y Derecho.
Teología en las universidades de Valencia, Alcalá de Henares, obtuvo el título de Doctor.

El 17 de diciembre 1583 fue ordenado Sacerdote. Inició la carrera eclesiástica que le llevó a ejercer varios cargos en Cataluña. Vivió un tiempo en La Seu d’Urgell, época de inseguridad y peligros allí por la proximidad a la frontera francesa azotada por bandas, que atropellaban la población. La región solitaria e inaccesible vivía un estado lamentable de decadencia moral y religiosa. San José visitó hasta el último rincón, para renovar en el clero el sentido de sus compromisos pastorales.

San José se sentía llamado a una tarea diferente, renuncio a su oficio y beneficios, repartió su
patrimonio entre sus hermanas, y los pobres. En 1592, salió de España para Roma. Se encontró
un viejo amigo de Alcalá, Ascanio Colonna, (cardenal), estuvo 5 años bajo la protección de los
Colonna. En la peste de 1595, se distinguió por su generosidad y valor, curó enfermos y atendió
moribundos. Movido por la pobreza y la degradación moral en la que vivían muchos niños romanos, huérfanos y abandonados vio la necesidad de establecer escuelas gratuitas. Buscó ayuda en las escuelas parroquiales y con los ricos de la ciudad pero lo rechazaron.

Acudió a la parroquia humilde de santa Dorotea y allí comenzó la primera escuela gratuita de Europa con el nombre de Escuela Pía. Para acoger a todos los que llegaban, consiguió una casa para la escuela y obtuvo del cardenal Ascanio Colonna permiso para vivir en ella con los profesores. Él era como superior de la pequeña Comunidad. Ante el aumento de alumnos se mudó a otra casa más espaciosa, contigua a la iglesia de Sant’ Andrea. Escribió documento con los principios de su obra pedagógica y un reglamento para maestros y alumnos.

Clemente VIII hizo un préstamo a la escuela y las personas importantes empezaron a enviar a sus hijos a ella. Esto provocó fuertes críticas de parte de los profesores de las escuelas parroquiales. Las acusaciones llegaron a oídos del Papa, éste pidió a dos cardenales que visitasen la escuela por sorpresa. Los informes de los prelados fueron tan buenos, que Clemente VII la tomó bajo su protección. En 1612 trasladó la escuela a San Pantaleón que se convirtió en la casa matriz de las Escuelas Pías.

El 25 de marzo de 1617 se fundó la Congregación, aprobada por la Iglesia en 1622. Lema: “Piedad y Letras”, San José fue nombrado Superior General. En 1627 el Papa Gregorio XV elevó la congregación al grado de Orden Religiosa con el nombre de “Escolapios”. La persecución, intrigas y calumnias no faltaron en la vida de San José y su Congregación.

Acusado ante el Santo Oficio, lo suspendieron como superior general, sometido a juicio y un trato injusto. La Congregación fue reducida a una asociación sometida a los obispos. Así, a los noventa años de edad, el Santo tuvo la pena de ver desmoronarse aparentemente su obra, por autoridad de la Santa Sede y de verse humillado a los ojos del mundo. Cuando se enteró de la noticia, dijo las palabras de Job: ”Dios me lo dio, Dios me lo quitó. ¡Bendito sea”

el 25 de agosto de 1648 murió en Roma San José de Calasanz a los 91 años. Fue enterrado en San Pantaleón. Canonizado por el Papa Clemente XIII julio 16- 1767. El Papa Alejandro VIII (8 años después de su muerte, rehabilitó las escuelas Pías). El 13 de agosto de 1948 el Papa Pío XII, lo declaró Patrono Universal de las escuelas Cristianas en el mundo. El Papa Juan Pablo II afirmó que San José de Calasanz tomó por modelo a Cristo y quiso transmitir a los jóvenes, además de la ciencia profana la sabiduría del Evangelio, enseñándoles a captar la acción amorosa de Dios.

Enseñanza para la vida:

La calumnia, oposición, intrigas, persecuciones, son inherentes a todos los que se comprometen con el Evangelio y hacen de su vida un seguir a Cristo. Ante esto, no abandonar la misión, sino confiar siempre en Dios.

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