Inicio / Crece en la fe / San Hilario I Santo del día I Amén Comunicaciones
Generic filters

Filtro

San Hilario I Santo del día I Amén Comunicaciones

San Hilario

Obispo y doctor de la Iglesia

«Defensor de la Divinidad de Cristo»

Nació en Potiers Francia, en el año 310. En el seno de una noble familia, rica y pagana donde recibió una excelente formación intelectual.

Su afán por buscar la verdad le llevó a estudiar las diferentes corrientes filosóficas como la de Platón. La búsqueda a una respuesta sobre el fin del hombre lo motivó a la lectura de la Sagrada Biblia, donde encontró respuestas a sus preguntas, y se convirtió al cristianismo, fue bautizado siendo adulto.

La lectura del evangelio de San Juan lo llevó a la conversión, pero prefería era el de San Mateo, con el cual meditaba y oraba. Llevó una vida virtuosa y de buen ejemplo y se dedicó al estudio de las Sagradas Escrituras. En el año 350 murió el obispo de Poitiers y el pueblo aclamó como obispo a Hilario.

Combatió a los herejes arrianos desde su episcopado. Por este motivo el emperador lo desterró a Frigia, actual Turquía, aprovechó ese destierro para aprender griego y entonar cánticos durante las ceremonias religiosas.

En el año 360 regresó a su pueblo, fue recibido con alegría y júbilo. Allí se dedicó a defender la verdadera religión. Su escrito más famoso fue el tratado sobre La Santísima Trinidad; escribió además comentarios acerca del evangelio de San Mateo y los Salmos. El punto de partida de la reflexión de San Hilario es la fe en Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo recibida en el Bautismo.

Los últimos años de su vida los empleó en defender de palabra, y por escrito la divinidad de Cristo y la verdadera religión en Francia e Italia. Y logró que a la muerte del emperador Constancio, la Iglesia, que estaba siendo tan perseguida, volviera a resurgir con admirable rapidez en los países de occidente.
Murió el 13 de febrero del año 368 en Potiers. En 1851, el Papa Pío Nono declaró a San Hilario «Doctor de la Iglesia”.

Aprendizaje para la vida

Conversión del pensamiento
San Hilario, en su deseo por saber y encontrar la verdad, descubrió que lo fundamental era la conversión del corazón en la fe y el amor, y esto le implicó el cambió de pensamiento en él. Hoy el Papa Francisco nos invita a la conversión del pensamiento, en tres dimensiones: a saber, en lo que se piensa, cómo se piensa y el estilo que se piensa. Nos llama a preguntarnos si pensamos desde el espíritu cristiano o desde el espíritu del mundo.

Escucha el relato del santo del día