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San Eulogio de Córdoba I Santo del día I Amén Comunicaciones

San Eulogio de Córdoba

Presbítero mártir

«Su afán de cada día, acercarse más a Dios»

Nació en el año 800 en Córdoba, España. Época de dominio de los musulmanes en la península ibérica.
En el seno de una familia tradicional cristiana que permaneció fiel a la fe católica. Recibió las primeras enseñanzas de su abuelo Eulogio y mostró grandes cualidades para temas religiosos, él le enseñó siendo niño, que cada vez que el reloj señalara la hora dijera una pequeña oración: “Dios mío ven a mi auxilio, date prisa en socorrerme”.

Posteriormente fue confiado al piadoso y sabio Esperaindeo, abad del monasterio de Santa Clara. Quien decía a Eulogio: «Si quieres que tu oración vuele hacia Dios, ponle dos alas: el ayuno y la limosna».

Trataba a las personas con simpatía y acato, era amable, alegre y respetuoso de las opiniones de los otros.
Siendo sacerdote, fue predicador excelente y su anhelo era agradar a Dios. Uno de sus con-discípulos decía de él: «Todas sus obras, estaban llenas de luz. De su bondad, de su humildad y de su caridad podía dar testimonio el amor que todos le tenían. Su afán de cada día era acercarse más y más al cielo, y gemía sin cesar por el peso de la carga de su cuerpo».

Recogió de varios monasterios manuscritos de la antigüedad, que llevó a Córdoba para conservar y restaurar la cultura cristiana, entre ellos algunos textos de San Agustín.
Se destacó por su santidad y sabiduría y se dedicó a orar, escribir e instruir a los cristianos acosados por el islam sino abandonaban el cristianismo.
Estuvo preso en varias ocasiones por la defensa de la fe y por atribuirle la conversión de varios musulmanes al cristianismo.

Ante la insistencia de que se retractara de la fe de cristo antes de ser decapitado él dijo: Yo Proclamo solemnemente que hasta el último momento quiero ser amador y adorador de Nuestro Señor Jesucristo.
Fue decapitado en Córdoba el 11 de marzo del año 859, por proclamar abiertamente su fe en cristo y convertir al cristianismo a muchos musulmanes.

Aprendizajes para la vida

La fidelidad
Vivimos una época de secularización, de persecución, de descrédito en la cual los cristianos católicos y no católicos estamos llamados a marcar la diferencia, así como lo hizo San Eulogio quien permaneció fiel a Cristo y a su misión de defensa de la fe a pesar las circunstancias adversas que se vivían en el momento.

Su personalidad
San Eulogio, quien se destacó por su sabiduría, oración y ser amable, sencillo, humilde, alegre, acogedor y con la capacidad de escuchar a los otros en su misión evangelizadora, nos motiva hoy a nosotros a fortalecer esas cualidades necesarias en la vida del cristiano en todos los momentos y en el anuncio de llevar la Buena Nueva de Jesús a todas partes.

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