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San Claudio de la Colombiere I Santo del día I Amén Comunicaciones

San Claudio de la Colombiere

Sacerdote jesuita

«De la fuerza ha brotado la suavidad»

Nació en 1641 En Lyón – Francia. Gozó de una familia piadosa y de buena posición social. Sus estudios los realizó en el colegio de los Jesuitas. Eran los tiempos de la monarquía del Rey Luis XIV.
Un día en Oración le preguntó a Dios, cuál debería ser su camino y fue así como sintió un llamado que jamás hubiera imaginado, de servir al Señor, entrando en una comunidad Religiosa. Poco tiempo después, empezó a estudiar en la compañía de Jesús.

En 1965, la región de Aviñon, estaba de fiesta porque se iba a celebrar la canonización de San Francisco de Sales y Los superiores de Claudio le solicitaron, aun sin ser sacerdote, preparar el sermón en honor al nuevo santo. El texto que Claudio escogió fue: “De la fuerza ha brotado la suavidad” (Jueces: 14, 14).
Todos quedaron maravillados y sorprendidos al ver la elocuencia y cualidades que él tenía como orador. Escribía sus sermones pero no los leía en público, porque pensaba que si lo hacía le quitaba vitalidad a lo que él quería expresar.

Los superiores al ver tan excelentes cualidades y destrezas, decidieron enviarlo a París para que estudiara Teología y allí debería ser ordenado. Siendo ya Sacerdote, fue nombrado como predicador del colegio de Aviñón.
A finales de 1674, a sus 33 años participó en unos retiros espirituales que lo afianzaron a dejar completamente las seducciones del mundo y entregar su vida, a su gran devoción, el Sagrado Corazón de Jesús.

Así lo escribe en su diario:
“Me parece, Señor que ya es tiempo de que empiece a vivir en Ti y sólo para Ti, pues a mi edad, Tú quisiste morir por mí”
En 1675 es nombrado superior del colegio Paray-le-Monial y cerca de él vivía en otro convento la Hermana Margarita María de Alacoque. Dios los puso en el mismo camino.
El Padre Claudio llegó a ser el Director Espiritual de esta gran Santa que impulso la devoción del Sagrado Corazón de Jesús. María de Alacoque sintió una gran alegría y gozo de que alguien como el Padre Claudio la comprendiera acerca de las apariciones de Jesús y sus revelaciones. 

Ella en sus escritos decía:
“El padre Claudio de la Colombiére fue un día a predicar a mi comunidad, mientras él nos hablaba, oí en mi corazón estas palabras:
“He aquí al que te he enviado”. desde la primera vez que fui a confesarme con él, este me trató como si estuviese al tanto de lo que me sucedía.

En la segunda confesión le conté que sentía repugnancia de confesarme, a lo que él me dijo: “estoy muy contento de ser para ti una ocasión de vencerte a ti misma”.
Me consoló mucho y me exhortó a no tener miedo hacia los caminos del Señor, con tal de que permaneciese en obediencia y entrega Dios.

EN 1679 el padre Claudio fue enviado a Inglaterra a predicar, pero no fue bien recibido por los protestantes que allí vivían y es apresado por predicar la devoción al Sagrado Corazón de Jesús.
Gracias a la intervención del Rey Luis XIV, es dejado en libertad y no muere.
Nuevamente Regresa al colegio de Paray – Francia Y Santa María de Alacoque predice su muerte y efectivamente así sucedió el 15 de febrero de 1682.

El padre Claudio fue beatificado en 1929 y el Papa Juan Pablo II lo declaró santo en 1992.

Enseñanzas para la vida.

San Claudio con su gran devoción al Sagrado Corazón de Jesús, nos enseña que el corazón humano requiere ser iluminado con la gracia y el amor divino de Jesús. Meditemos sobre todo lo que podemos cambiar en nuestro corazón, para que sea grande, noble y justo

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