Novena a Nuestra Señora Desatanudos
Iniciamos
Por la señal de la Santa Cruz,
De nuestros enemigos,
Líbranos, Señor, Dios nuestro.
En el nombre del Padre
Y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Acto de contrición
Señor, mi Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, creador, Padre y Redentor mío, en quien creo, en quien espero, a quien amo y estimo más que todas las cosas, me pesa de todo corazón haberos ofendido, por ser Vos quien sois, bondad infinita, y ayudado de vuestra gracia propongo firmemente nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta.
Amén.
Advocación Virgen Desatanudos
Hoy se conoce esta advocación gracias a un cuadro de la Purísima virgen María, ubicado en la iglesia jesuita de Sankt Peter am Perlach (Augsburgo, Alemania).
La imagen de la Virgen Desatanudos está representada en una imagen de la Santísima virgen María, rodeada de ángeles, protegida por la luz del Espíritu Santo, con su pie izquierdo pisando la cabeza de La Serpiente, el demonio.
¡María es la Madre protectora!
En la imagen de la Virgen Desatanudos, hay dos ángeles uno a la izquierda que le alcanza las cintas anudadas, y otro a la derecha que recoge las cintas desatadas.
¡María es la madre que escucha, acompaña y nos ayuda a desatar los nudos!
Los nudos son una referencia a los problemas que entorpecen la relación entre Dios y los hombres. Esas dificultades son representadas por una larga cinta con nudos grandes y pequeños, imagen del pecado que impide que la gracia fluya
¡María es la Madre que guía por el buen camino!
María Santísima esta entre el cielo y la tierra, inmaculada en su concepción, con su manto azul y vestido rojo, símbolo del poder y el amor espiritual.
Desde la luminosidad de Dios baja el Espíritu Santo sobre ella y la circunda de la luz divina
¡María es la Llena de Gracia!
El Papa Francisco la conoció en 1970 y posteriormente fue promovida por el Santo Padre en Argentina
Es la Patrona de los matrimonios, de las personas con problemas familiares y de todas aquellas personas que tienen conflictos que necesitan ser resueltos.
Oración para todos los días
Santa María, llena de la presencia de Dios, durante los días de tu vida aceptaste con toda humildad la voluntad del Padre, y el maligno nunca fue capaz de enredarte con sus confusiones.
Ya junto a tu hijo intercediste por nuestras dificultades, y con toda sencillez y paciencia, nos diste ejemplo de cómo desenredar la madeja de nuestras vidas.
Y al quedarte para siempre como Madre Nuestra, pones en orden y haces más claros los lazos que nos unen al Señor.
Santa María, Madre de Dios y Madre Nuestra, tú que con corazón materno desatas los nudos que entorpecen nuestra vida, te pedimos que nos libres de las ataduras y confusiones con que nos hostiga el que es nuestro enemigo.
Por tu gracia, por tu intercesión, con tu ejemplo, librarnos de todo mal, Señora Nuestra, y desata los nudos que impiden que nos unamos a Dios, para que, libres de toda confusión y error, lo hallemos en todas las cosas, tengamos en Él puestos nuestros corazones y podamos servirle en nuestros hermanos.
Amen.
Séptimo día:
¡Confianza en Dios!
”Pidan y se les dará, busquen y encontraran, llamen y se les abrirá. Porque todo el que pide recibe, el que busca encuentra; y al que llame se le abrirá.»
(Mateo 7, 7-8)
Reflexión:
La única manera de entablar un dialogo con Cristo o con Maria es a través de la oración.
La oración hecha con fe es el arma más poderosa para luchar contra las confusiones con que nos hostiga el que es nuestro enemigo.
No olvidemos que Dios nos escucha siempre, pero a veces no nos da lo que pedimos sino lo que verdaderamente necesitamos.
María desátanos de nuestro orgullo y prepotencia.
Nuestra Señora ‘”la que desata los nudos”.
Ruega por Nosotros
Gozos
Madre del Amor Hermoso, del Altísimo Mansión, ven y desata los nudos que oprimen mi corazón.
De angustias y sinsabores mi ser está acongojado, pues me aparté de tu lado, colmándome de temores.
No me conmovió tu llanto, ni me embriagó tu dulzura, pero hoy vengo a tu ternura, a mitigar mi quebranto.
Madre del Amor Hermoso, del Altísimo Mansión, ven y desata los nudos que oprimen mi corazón.
Eres tú quien me consuela, quien a mi ser embellece y ante tu faz palidece la más luminosa estrella.
Eres la rosa del cielo, la Madre del Salvador.
Regálale tu candor a quien te ama con desvelo.
Madre del Amor Hermoso, del Altísimo Mansión, ven y desata los nudos que oprimen mi corazón.
Tú, la pulcra y fiel amante, aposento del Amor, acógeme por favor en tu regazo fragante,
porque allí quiero morar con tu Niño Inmaculado y al latir del Adorado quiero vivir para amar.
Madre del Amor Hermoso, del Altísimo Mansión, ven y desata los nudos que oprimen mi corazón.
Estrella de la mañana, Virgen Vestida de sol, tú besaste al Creador con puros labios de grana.
Limpia por favor la escoria que afea mi corazón para con tu bendición, poder entrar en la gloria.
Madre del Amor Hermoso, del Altísimo Mansión, ven y desata los nudos que oprimen mi corazón.
Tu corazón traspasado por la espada del dolor es magna fuente de amor, donde lavo mi pecado
porque al ser Inmaculada, toda pureza y candor, no habrá refugio mejor para el alma atribulada.
Madre del Amor Hermoso, del Altísimo Mansión, ven y desata los nudos que oprimen mi corazón.
Suplicante omnipotencia, de favores manantial, como lo hiciste en Cana, ruégale por mi indigencia.
Mira que no tengo nada, sólo miseria y maldad más por tu excelsa bondad, mi alma será restaurada.
Madre del Amor Hermoso, del Altísimo Mansión, ven y desata los nudos que oprimen mi corazón.
Dile a Dios que yo lo adoro a pesar de mi extravío.
Que sólo en su Amor confío y que por su perdón imploro.
Dale un beso en cada herida a Jesús Crucificado y guárdame en su Costado para habitar en
la Vida.
Madre del Amor Hermoso, del Altísimo Mansión, ven y desata los nudos que oprimen mi corazón.
Petición
Santa María, que desatas los «nudos» que oprimen la vida de tus hijos, tiende tus manos misericordiosas hacia mí.
Te entrego hoy este «nudo» y cada consecuencia negativa que este provoca en mi vida.
Hacemos un momento de silencio para depositar a la Virgen nuestra necesidad.
¡Oh María! te doy este «nudo» que me atormenta, me hace infeliz y me impide unirme a ti y a tu Hijo Jesús Salvador.
Creo firmemente que tú puedes desatar estos nudos porque tú eres mi Madre y tú me puedes ayudar.
Amén.
Dios te salve María y Santa María…
Oración Final
Santísima virgen María, terror de los demonios, a lo largo de tu vida nunca el maligno pudo enredarte con sus tentaciones y aplastaste la cabeza de la serpiente.
Por tu intercesión líbranos de todo mal y desata los nudos que nos separan de Dios.
Intercede siempre por nuestros problemas, como en las bodas de Caná y enséñanos a desenredar el nudo de nuestras dificultades y debilidades que aprisionan nuestro pobre corazón.
Amén.