Novena a la Virgen del Rosario de Chiquinquirá
Iniciamos
Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, Líbranos, Señor, Dios nuestro.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Oración para todos lo días
¡Oh incomparable Señora del Rosario de Chiquinquirá!
Patrona de Colombia
Madre de Dios, Reina de los ángeles, abogada de los pecadores,
refugio y consuelo de los afligidos y atribulados.
Virgen Santísima, llena de poder y de bondad, lanza sobre nosotros una mirada favorable
para que seamos socorridos por ti en todas las necesidades en que nos encontramos.
Acuérdate, ¡Oh clementísima Señora del Rosario!, que nunca se oyó decir, que alguien que haya recurrido a ti, invocado tú Santísimo nombre, e implorado tu singular protección,
fuese por ti abandonado.
Animados con esta confianza, a ti recurrimos.
Te tomamos desde hoy y para siempre por nuestra Madre, nuestra protectora, nuestro consuelo, guía y esperanza y nuestra luz en la hora de la muerte.
Líbranos de todo aquello que pueda ofenderte a ti y a tú Santísimo Hijo, Jesús.
Presérvanos de todos los peligros del alma y del cuerpo; dirígenos en todos los asuntos espirituales y temporales; líbranos de las tentaciones que nos presenta el demonio,
para que, andando por el camino de la virtud, podamos un día verte y amarte en la eterna gloria del cielo.
Amén.
Día séptimo
«¡Ruega por la Iglesia!»
San Bernardo decía: “María a la hora de defendernos, en como un ejército en orden de batalla”
Te pedimos por la Iglesia, para que sea fiel en la pureza de la fe, en la firmeza de la esperanza, en el fuego de la caridad, en la disponibilidad apostólica y misionera, en el compromiso por promover la justicia y la paz.
Te encomendamos la fecundidad de la nueva evangelización, la fidelidad en el amor de preferencia por los pobres y la formación cristiana de los jóvenes, el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas, la generosidad de los que se consagran a la misión, la unidad y la santidad de todas las familias.
Oración de súplica a María
Oh María, Virgen de Chiquinquirá a ti acudimos con total confianza, seguros de tu bondad y misericordia
Presérvanos de todos los peligros del alma y del cuerpo; líbranos de la tentación del demonio, para que andando por el camino de la virtud, podamos vivir en paz, alegría y unidad.
Oh Madre nuestra te suplicamos que escuches nuestra oración y que podamos obtener de tu Divino Hijo el favor que tan urgentemente
te encomendamos en esta novena…
(Se hace un momento de silencio para pedir la gracia)
PADRENUESTRO…
AVE MARIA…
GLORIA
Gozos
Colombia, te aclama ¡Oh María!
y canta tu grandeza
¡Humilde Sierva del Señor!,
ya muestras a Cristo a nuestro Pueblo,
prodigando compasión.
En el camino de la Reconciliación
Acompaña a Colombia, María
Eres la Reina de Colombia,
humilde y sencilla doncella,
Virgen prudente, de quien viene Jesús,
El Señor de los Pueblos, Mesías esperado,
de quien anhelamos su perdón
En el camino de la Reconciliación
Acompaña a Colombia, María
Entre tanta guerra y violencia,
dejas ver que caminas con el que sufre dolor.
la angustia del desplazado,
se ve superada cuando muestras a tu Hijo y Señor,
y el corazón queda sanado
En el camino de la Reconciliación
Acompaña a Colombia, María
Reina de Colombia, por siempre serás,
aquella que muestra el camino a la paz.
que es el Señor Jesucristo,
anhelado por el que llora la muerte de sus amados,
y lanza una súplica a voz en grito.
En el camino de la Reconciliación
Acompaña a Colombia, María
Colombia, escucha esta proclama,
que el pueblo anuncia desde su dolor:
sólo Dios debe ser amado y reinar,
sólo Él que es Señor de la Paz.
Y junto con María a nuestro Pueblo ayudarán a prosperar.
En el camino de la Reconciliación
Acompaña a Colombia, María
Conviértase el corrupto y el violento,
conviértase el injusto y opresor,
que María trae entre sus brazos a nuestro Señor,
para salud de aquellos que durante tantos años
han sufrido desplazamiento, muerte y dolor.
En el camino de la Reconciliación
Acompaña a Colombia, María
Tierra de Colón que has visto tanta muerte,
pero ahora te animas a la reconciliación,
manifiesta tu fe y amor a Dios,
pues, Él en María, a su hijo ha dejado como señal,
para construir una mejor nación
En el camino de la Reconciliación
Acompaña a Colombia, María
Alégrate Pueblo Colombiano,
que Dios ha mirado tu tormento,
mira que la Virgen ha sido coronada,
para suplicar por tu suelo
y acompañarte en esta encrucijada
En el camino de la Reconciliación
Acompaña a Colombia, María
Cielos y tierra, mares y ríos de Colombia
canten la alegría de saberse amados por Dios.
En este camino que llevamos de la mano de María,
guiados con dulzura y firmeza,
anunciaremos a las próximas generaciones la paz y alegría
En el camino de la Reconciliación
Acompaña a Colombia, María
¡Oh Gloria inmarcesible y júbilo inmortal!
Colombia canta loores a la grandeza de Dios
pues en María bendice a nuestra tierra,
la llena de Gracia camina con nuestro pueblo
¡Y al fin nuestra patria supera la guerra!
En el camino de la Reconciliación
Acompaña a Colombia, María
Cesó la horrible noche,
el pueblo que camina en las tinieblas ha visto una gran luz,
llevado va Jesús, en brazos de María,
Ante quien la horrenda testarudez
se rinde por un mar de alegría.
En el camino de la Reconciliación
Acompaña a Colombia, María
De Boyacá en los campos
una Espiga de amor y bondad
trae a Jesucristo el trigo nuevo,
que como príncipe eterno,
bendice a su pueblo sin par
En el camino de la Reconciliación
Acompaña a Colombia, María
Oración final
Oh Virgen, bella flor de nuestra tierra, envuelta en luz del patrio pabellón,
eres tú nuestra gloria y fortaleza, madre nuestra y de Dios.
En burda tela avivas tu figura con resplandor de lumbre celestial, dando a tus hijos la graciosa prenda de la vida inmortal.
Ornamenta tu cabeza singular corona de gemas que ofreciera la nación, símbolo fiel del entrañable afecto y del filial amor.
A Ti te cantan armoniosas voces y te aclaman por Reina nacional y el pueblo entero jubiloso ofrenda el don de su piedad.
Furiosas olas a la pobre nave contra escollos pretenden azotar; tu cetro extiende y bondadosa calma las olas de la mar.
Broten de la tierra, perfumadas flores que rindan culto a tu sagrado altar; prodiga siempre a la querida patria los dones de la paz.
A Ti, Jesús, el Rey de las naciones, a quien proclama el corazón por Rey, y al Padre y al Espíritu se rinda gloria, honor y poder.
Amén.