Novena Fieles Difuntos – Almas del Purgatorio
Día segundo:
Señor, te encomendamos humildemente, nuestros difuntos a quienes en esta vida mortal siempre protegiste con inmenso amor; ahora que han sido liberados de todo mal, llévalos al descanso eterno.
Imploramos tu clemencia para que los conduzcas al Paraíso donde ya no existe ni la muerte, ni la angustia, ni el sufrimiento, sino la paz y el gozo en compañía de tu Hijo y el Espíritu Santo por los siglos de los siglos.
Amén
Dales Señor el descanso eterno.
Brille para ellos la luz perpetua.
Descansen en paz.
Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos líbranos Señor, Dios nuestro.
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
Amén.
Jesús, mi Señor y redentor, yo me arrepiento de todos los pecados que he cometido hasta hoy, y me pesa de todo corazón porque con ellos he ofendido a un Dios tan bueno. Propongo firmemente no volver a pecar y confío que por tu infinita misericordia me has de conceder el perdón de mis culpas y me has de llevar a la vida eterna. Amén
Padre Eterno, te ofrecemos la sangre, pasión y muerte de nuestro Señor Jesucristo, los dolores de la Santísima Virgen y los de San José, por el perdón de nuestros pecados, la redención de las almas del
Purgatorio y la conversión de los hombres.
Oración inicial diaria
Padre misericordioso, en unión con la iglesia triunfante en el Cielo, te suplico tengas piedad de las almas del purgatorio. Recuerda tu eterno amor por ellas y muéstrales los infinitos méritos de tu Amado Hijo. Dígnate librarles de penas y dolores, para que pronto gocen de paz y felicidad.
Dios, Padre celestial, te doy gracias por el don de la perseverancia que has concedido a las almas de los fieles difuntos. Amable salvador, Jesucristo, eres el rey de reyes en el país de la dicha. Te pido que por tu misericordia hoy de mi oración y liberen las almas del purgatorio, en particular a las personas que encomiendo en esa Novena.
Hacemos un momento de silencio y pedimos por esas personas en particular….
Rescátalas de la prisión de las tinieblas; llévalas a la luz y la libertad de los hijos de Dios, en el Reino de tu gloria.
Amable Salvador, te doy gracias por haber redimido las pobres almas con tu Preciosísima Sangre, salvándolas de la muerte eterna.
Dios, Espíritu Santo, enciende en mí el fuego de tu divino amor. Aviva mi fe y mi confianza, acepta benignamente las oraciones que te ofrezco por las almas que sufren en el purgatorio quiero aplicar los méritos de esta devoción en favor de toda la iglesia sufriente y en especial por mis difuntos: padres, hermanos, hermanas, bienhechores, parientes y amigos. Atiende mi plegaria para que podamos reunirnos en el reino de tu gloria.
Dios, Espíritu Santo, te doy gracias por todos los beneficios con que ha santificado, fortalecido y aliviado a estas benditas almas y en especial por consolarlas en los actuales sufrimientos, con la certeza de la felicidad eterna. Que pronto se unen contigo y oigan aquellas benditas palabras que las llaman al hogar del Cielo. “¡Vengan los bendecidos por mi Padre! Tomen posesión del reino que ha sido preparado para ustedes desde el principio del mundo” (Mateo 25, 34)
Amen
Hacemos un Padre Nuestro…
Un Dios te salve…
Gloria…
Oración de intercesión diaria
Oh Dios, Padre y creador nuestro, Cristo tu hijo, triunfo sobre el pecado, El mal y la muerte; que todas las almas que nos han precedido en la vida de la fe, especialmente aquellas por las que pedimos en esta Novena, participen de tu victoria y de la visión de tu gloria en el Cielo, donde Cristo vive y reina contigo y el Espíritu Santo por los siglos de los siglos, Amén.
Súplica final
Oh Dios mío de quien es propio compadecerse y perdonar, te rogamos por las almas del purgatorio…
Dadles, Señor, el descanso eterno.
Brille para ellas la luz perpetua.
Dadles, Señor, el descanso eterno.
Brille para ellas la luz perpetua.
Dadles, Señor, el eterno descanso.
Brille para ellas la luz perpetua.
Amen