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Novena Asunción de la Virgen María I octavo día I Amén Comunicaciones

Novena Asunción de la Virgen María

Novena a la Asunción de la virgen maría - padre Carlos Yepes

Iniciamos:

Por la señal de la Santa cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor, Dios nuestro.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

Intención

¡Oh santísima Señora, excelentísima Madre de Dios y piadosísima Madre de los hombres!
La Iglesia te llama vida, dulzura y esperanza nuestra,
y todos los pueblos ponen en ti sus ojos, esperando de ti todas las gracias.
Alcánzanos la salud del cuerpo y la serenidad del espíritu,
La paz en la familia y la suficiencia de medios para la vida,
Así como un amor sincero hacia tu divino hijo.
Oh Virgen María en tus manos están todos los tesoros de la divina misericordia;
óyenos, oh plácida y dulce Madre, y, si nos conviene para el bien de nuestra alma,
concédenos la gracia que te pedimos en esta novena.

(Dejamos un momento de silencio para hacer la petición…)

¡Oh Virgen, que superas toda alabanza!
Todo lo que tú quieres, lo puedes ante Dios, de quien eres Madre;
y, aun cuando nosotros somos pecadores, tú eres dulce madre del Redentor
y dulce madre nuestra, y puedes abogar por tus hijos pequeños
ante tu Hijo altísimo y redentor;
a tu nombre se abren las puertas del cielo y se glorifica tu alma

Ayúdanos en esta intención y ruega por nosotros, oh Reina Asunta al Cielo,
Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Cristo.
Amén.

Día octavo

María es bienaventurada y glorificada en el cielo

La bula Munificentissimus Deus reconoce en María a la nueva Eva, presenta la Asunción como consecuencia de la unión de María a la obra redentora de Cristo.

Al respecto afirma:

«Por eso, de la misma manera que la gloriosa resurrección de Cristo fue parte esencial y último trofeo de esta victoria, así la lucha de la bienaventurada Virgen, común con su Hijo, había de concluir con la glorificación de su cuerpo virginal» (AAS 42 [1950], 768).

La Asunción es, por consiguiente, el punto de llegada de la lucha que comprometió el amor generoso de María en la redención de la humanidad y es fruto de su participación única en la victoria de la cruz.

(Papa Juan Pablo II – Audiencia General 2 julio de 1997)

Oración

Madre asunta al Cielo:
Tú eres esplendor
que no ensombrece la luz de Cristo,
porque vives en Él y para Él.

Todo en ti es “SÍ”:
Tú eres la Inmaculada,
eres transparencia y plenitud de la gracia.

Aquí estamos, pues, tus hijos,
para buscar amparo bajo tu materna protección
e implorar confiados tu intercesión
ante los desafíos ocultos del futuro.

Te encomendamos a todos los hombres,

Abre nuestros corazones a la justicia y al amor,
y guíanos hacia una comprensión recíproca
y hacia un firme deseo de paz.

Amén.

Padrenuestro, Ave María y Gloria.

Gozos

Virgen María madre de Dios a tus pies nos dirigimos,
pues nos queremos poner bajo tu amparo divino.

Venimos, Madre, a besar las estrellas de tu manto,
poner flores en tu altar y cantarte nuestro canto.

¡Oh Virgen de la Asunción! celebramos tu día,
que subiste a los cielos ¡quién fuera tu compañía.

Cuando subiste al cielo en cuerpo y alma inmortal,
te coronó con anhelo nuestro Padre Celestial.

¡Oh Virgen de la Asunción! hermosísima paloma,
Tú eres la más blanca y pura y por eso Dios te corona.

¡Oh Virgen de la Asunción! mancha ninguna hay en ti,
los ángeles te veneran y te adora el querubín.

Ángeles y Serafines te aclaman en alta voz,
batiendo alegres las alas junto al trono del Señor.

Eres Virgen sin mancilla eres Madre sin igual,
como una blanca paloma mensajera de la paz.

Hoy en nuestros corazones un altar levantaremos,
y en el medio, Madre mía, a ti te colocaremos.

No cesará nuestra lengua de cantarte noche y día
y de ensalzarte las glorias ¡Oh dulce virgen María!

Por tu sublime Asunción te pedimos, Madre amada,
que nos libres de la guerra que tantos estragos causa.

A ti Madre Inmaculada te pedimos en medio del dolor
Por los presos y soldados por la paz en la tierra del Señor

Virgen de la Concepción dadnos tu gracia y tu luz,
para poder conservar la pureza y la virtud.

Te pedimos Madre mía que los blasfemos se acaben,
y vengan arrepentidos con humildad a ensalzarte.

Sálvanos, Virgen María, salva a este pueblo cristiano,
te lo pedimos con fe, seguros de nuestro amparo.

Nos despedimos de ti Con la fuerza del amor
cúbrenos con vuestro manto y danos tu bendición.

Oración final.

Señor Dios nuestro, imploramos vuestra misericordia para que, cuantos celebramos la Asunción de la madre de Dios al cielo, nos veamos libres por su intercesión, de todos los males que nos agobian. Te lo pedimos por el mismo Jesucristo Nuestro Señor.
Amén

Amén.

También puedes escuchar la novena haciendo clic aquí