Novena al Espíritu Santo
Iniciamos:
En el nombre del Padre, del hijo y del Espíritu Santo.
Invocación al Espíritu Santo
Ven Espíritu Divino, manda tu luz desde el cielo, padre amoroso del pobre; don en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo. Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo, tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta en los duelos. Entra hasta el fondo del alma, divina luz y enriquécenos. Mira el vacío del hombre si Tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento. Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, y doma el espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero. Reparte tus Siete Dones según la fe de tus siervos. Por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno.
Amen.
Oración para pedir los siete dones del Espíritu Santo
Oh Señor Jesucristo, antes de ascender al cielo, tú prometiste enviarnos tu Santo Espíritu para terminar tú obra aquí en la tierra. Concédeme ese mismo Espíritu para que mi alma sea santificada y crezca en la obra de tu gracia y tu amor.
Concédeme el Espíritu de Sabiduría, que deteste las cosas vanas de este mundo
y aspire solo a las cosas eternas, el Espíritu de Entendimiento, para iluminar mi mente con la luz de tu divina verdad el Espíritu de Consejo, que siempre pueda escoger la manera más segura de complacer a Dios, El Espíritu de Fortaleza, que cargue mi cruz junto a ti y que pueda sobrepasar todos los obstáculos que se oponen a mi salvación con valentía, el Espíritu de Conocimiento, que pueda conocer a Dios y a mí mismo y crecer en santidad, el Espíritu de Piedad, que pueda encontrar en el servicio a Dios algo dulce y agradable, y el Espíritu de Temor a Dios, que pueda estar lleno de reverencia a Dios y tema desagradarle en cualquier manera. Ayúdame querido Señor, a ser uno de tus verdaderos discípulos y anímame con Tu Espíritu en todas las cosas.
Amén.
Noveno día
Texto bíblico:
“Más el fruto del Espíritu es el amor, el gozo, la paz, la paciencia, la benignidad, la bondad, la fe, la mansedumbre y la templanza; contra tales cosas no hay ley” Gálatas 5, 22-23
Oración por los frutos del Espíritu Santo:
Ven y lléname, Oh Divino Espíritu. Llena mi corazón con tus frutos celestiales: Tu amor por los demás, tu alegría, tu paz, tu bondad, tu generosidad, tu fidelidad, tu gentileza y tu templanza, que nunca me canse de servir a Dios. Mantenme cerca de ti para que mi vida produzca frutos en abundancia. Ayúdame a someterme continuamente y fielmente a tu inspiración divina para unirme eternamente a ti en el amor del Padre y del Hijo.
Amén.
En un momento de silencio, pidámosle una gracia al Señor. (Rezamos un Padre Nuestro, Avemaría y Gloria.)
Acto de consagración al Espíritu Santo
Ante la gran multitud de testigos celestiales, me ofrezco, de alma y de cuerpo a ti, eterno espíritu de Dios. Adoro la brillantez de tu pureza, la infalible rectitud de tu justicia, y la naturaleza incondicional de tu amor. Tú eres la fortaleza y luz de mi alma. En ti vivo y me muevo y existo. No quiero ofenderte nunca con mi infidelidad, y te pido con todo mi corazón me ayudes a evitar aún el más pequeño de los pecados contra ti. Guarda con tu misericordia mis pensamientos y concédeme siempre buscar tu luz, escuchar tu voz, y seguir tus inspiraciones. De ti dependo y a ti me entrego, te pido que por tu compasión cuides mi debilidad. Te imploro, Espíritu Divino, me ayudes en mi enfermedad y me mantengas siempre en tu gracia. Dame la gracia oh espíritu santo, Espíritu del Padre y del Hijo, de decir siempre y en todo lugar: “habla señor, tu siervo escucha.”
Amén.