Novena al Cuerpo y la Sangre de Cristo
Iniciamos:
En el nombre del Padre del hijo y del Espíritu Santo. Amén
Acto de contrición
Señor, mi Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, creador, Padre y Redentor mío, en quien creo, en quien espero, a quien amo por ser quien sois y estimo más que todas las cosas, me pesa de todo corazón haberos ofendido, por ser Vos quien sois, bondad infinita, y ayudado de vuestra gracia propongo firmemente nunca más pecar, apartarme de las ocasiones de ofenderos, confesarme, y cumplir la penitencia que me fuere impuesta.
Amén.
Oración para todos los días
Gracias Señor, porque en la última cena partiste tu pan y vino en infinitos trozos, para saciar nuestra hambre y nuestra sed…
Gracias Señor, porque en el pan y el vino nos entregas tu vida y nos llenas de tu presencia.
Gracias Señor, porque nos amaste hasta el final, hasta el extremo que se puede amar: morir por otro, dar la vida por otro.
Gracias Señor, porque quisiste celebrar tu entrega, en torno a una mesa con tus amigos, para que fuesen una comunidad de amor.
Gracias Señor, porque en la eucaristía nos haces UNO contigo, nos unes a tu vida, en la medida en que estamos dispuestos a entregar la nuestra…
Gracias, Señor, porque todo el día puede ser una preparación para celebrar y compartir la eucaristía…
Gracias, Señor, porque todos los días puedo volver a empezar…, y continuar mi camino de fraternidad con mis hermanos, y mi camino de transformación en ti…
Gloria a ti, redentor de los hombres.
Gloria a ti, que eres fuente de amor.
Alabemos con honda alegría a quien es nuestro Señor.
Quinto día
Texto bíblico
«En verdad, en verdad os digo: si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros.
Juan 6, 53
Mensaje de los santos:
“Hay más beneficio en la Eucaristía que en una semana de ayuno de pan y agua”.
San Vicente Ferrer
Reflexión San Juan Pablo II
La Eucaristía hace presente a Cristo redentor
En su cuerpo y en su sangre se manifiesta el rostro invisible de Cristo, el Hijo de Dios, en la modalidad más sencilla y, al mismo tiempo, la más elevada posible en este mundo. A los hombres de todos los tiempos, que piden perplejos: «Queremos ver a Jesús» (Jn 12, 21), la comunidad eclesial responde repitiendo el gesto que el Señor realizó a los discípulos de Emaús: parte el pan. Al partir el pan se abren los ojos de quien lo busca con corazón sincero. En la Eucaristía la mirada del corazón reconoce a Jesús y su amor inconfundible, que se entrega «hasta el extremo» (Jn 13, 1). Y en él, en ese gesto suyo, reconoce el rostro de Dios.
Quédate con nosotros hoy. ¡Quédate!, para que se confirme de nuevo incesantemente Tú presencia y tu amor en nuestra vida
Gozos
Cantemos al Amor de los amores,
cantemos al Señor.
Dios está aquí; venid adoradores,
adoremos a Cristo Redentor.
Gloria a Cristo Jesús, cielos y tierra, bendecid al Señor;
Honor y gloria a ti, Rey de la gloria, amor por siempre a ti,
Dios de amor.
Unamos nuestra voz a los cantares
del Coro Celestial,
Dios está aquí, al Dios de los Altares
alabemos con gozo angelical.
Gloria a Cristo Jesús, cielos y tierra, bendecid al Señor;
Honor y gloria a ti, Rey de la gloria, amor por siempre a ti,
Dios de amor
Por nuestro amor oculto en el sagrario,
su gloria y esplendor;
para nuestro bien, queda en el santuario,
esperando al justo y pecador.
Gloria a Cristo Jesús, cielos y tierra, bendecid al Señor;
Honor y gloria a ti, Rey de la gloria, amor por siempre a ti,
Dios de amor
Oh gran prodigio del amor divino,
milagro sin igual;
prenda de amistad, banquete al peregrino,
do se come el Cordero celestial.
Gloria a Cristo Jesús, cielos y tierra, bendecid al Señor;
Honor y gloria a ti, Rey de la gloria, amor por siempre a ti,
Dios de amor
¡Jesús potente, Rey de las victorias!
¡A ti loor sin fin!
¡Canten tu poder, autor de nuestras glorias,
cielo y tierra hasta el último confín!
Gloria a Cristo Jesús, cielos y tierra, bendecid al Señor;
Honor y gloria a ti, Rey de la gloria, amor por siempre a ti,
Dios de amor
Tu nombre ensalzamos y alabamos
con toda nuestra voz.
¡Rey de majestad, por siempre te aclamamos,
y Señor de las almas, Cristo Dios!
Gloria a Cristo Jesús, cielos y tierra, bendecid al Señor;
Honor y gloria a ti, Rey de la gloria, amor por siempre a ti,
Dios de amor
Oh, sí cristianos fervorosos vamos
a Cristo en el altar,
y con fe viva su Cuerpo recibamos cada día
y siempre hasta expirar.
Gloria a Cristo Jesús, cielos y tierra, bendecid al Señor;
Honor y gloria a ti, Rey de la gloria, amor por siempre a ti,
Dios de amor
Al pie de tu sagrario nos convidas
a recibir tu amor;
porque Tú, Jesús, al alma das la vida y la llenas
de fuerza y de valor.
Gloria a Cristo Jesús, cielos y tierra, bendecid al Señor;
Honor y gloria a ti, Rey de la gloria, amor por siempre a ti,
Dios de amor
Petición
Señor, concédeme el poder participar con verdadero amor, atención y devocion de la Eucaristía
Primero, para agradecerte todos los beneficios que nos das cada dia;
Segundo, para pedirte perdón por nuestros pecados y los de todos los hombres;
Tercero, para adorarte por tu presencia sacramental en el pan eucaristico, que nos acompaña, alimenta y consuela.
¡Señor mío Jesucristo!,
Creo que verdaderamente estás en el pan de vida con tu Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad, lo creo más firmemente y me confío a tu bondad
HACEMOS UN MOMENTO DE SILENCIO PARA HACER LA PETICIÓN
Y concédeme venerar el misterio de tu cuerpo y Sangre en la Eucaristía y que pueda gozar de los frutos de tu redención.
Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
Padre Nuestro
Gloria…
Oración Final
Alma de Cristo, santifícame.
Cuerpo de Cristo, sálvame.
Sangre de Cristo, embriágame.
Agua del costado de Cristo, lávame.
Pasión de Cristo, confórtame.
¡Oh, buen Jesús!, óyeme.
Dentro de tus llagas, escóndeme.
No permitas que me aparte de Ti.
Del maligno enemigo, defiéndeme.
En la hora de mi muerte, llámame.
Y mándame ir a Ti.
Para que con tus santos te alabe.
Por los siglos de los siglos.
Amén