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Novena a la Virgen del Rosario I séptimo día I Amén Comunicaciones

Novena a la Virgen del Rosario

Novena Virgen de Rosario - séptimo día- amen comunicaciones

Iniciamos

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos
líbranos Señor, Dios nuestro.
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
Amén.

Acto de contrición

Yo me arrepiento de todos los pecados que he cometido hasta hoy, y me pesa de todo corazón,
porque con ellos he ofendido a un Dios tan bueno. Propongo firmemente no volver a pecar y confío que por tu infinita misericordia me has de conceder el perdón de mis culpas y me has de llevar a la vida eterna. Amén

Oración Inicial

¡Oh Clementísima Virgen!
¡Oh Tiernísima Madre!
¡Oh Dulcísimo María, consuelo y refugio de los pecadores, abogada de los mortales y mediadora entre Dios y los hombres!
¡Oh Blanca Paloma, que, llevando el ramo de la más frondosa oliva, anunciaste la paz a éste, nuestro triste valle!

¡Oh Piadosísima intercesora que, viendo el mundo relajado, revelaste a tu querido hijo santo Domingo, el más oportuno remedio, firme alcázar y seguro asilo del Santísimo Rosario!

Concédenos, Benignísima Madre, que, por los méritos y eficacia de tan querida y saludable devoción, nos dispongamos a vivir siempre en la amistad y en la gracia de Nuestro Dios y Señor y a experimentar la ternura de sus paternales brazos. Y así, poder oír un día aquella dichosa bendición: “venid, benditos de mi Padre a recibir el Reino”, venid benditos de mi Madre a contemplar las delicias de su hermoso rostro y gozar de las ternuras de su dulce pecho en la eterna buenaventura.
Amén.

(Hacer un momento de Silencio para hacer la petición)

María, Madre de gracia, Madre de misericordia, defiéndenos de nuestros enemigos, y ampáranos ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amén.

Día séptimo

Qué dicen los Santos del Rosario
“Dichosas las familias que todos los días rezan el Santo Rosario; la Santísima Virgen les obtendrá gracias en vida, gracias en la hora de la muerte y gloria extraordinaria en la Patria Celestial”.
(San Antonio Mª Claret)

Explicación de los Misterios de Dolor

Los misterios de Dolor, llevan el creyente a revivir la muerte de Jesús, poniéndose al pie de la cruz junto a María, para penetrar con ella, en la inmensidad del amor de Dios al hombre y sentir toda su fuerza regeneradora.

El itinerario meditativo se abre con Getsemaní, donde Cristo vive un momento particularmente angustioso frente a la voluntad del Padre, contra la cual la debilidad de la carne se sentiría inclinada a rebelarse. Allí, Cristo se pone en lugar de todas las tentaciones de la humanidad y frente a todos los pecados de los hombres, para decirle al Padre: «no se haga mi voluntad, sino la tuya» (Lc 22, 42 par.) Este «sí» suyo cambia el «no» de los progenitores en el Edén. Y cuánto le costaría esta adhesión a la voluntad del Padre se muestra en los misterios siguientes, en los que, con la flagelación, la coronación de espinas, la subida al Calvario y la muerte en cruz, se ve sumido en la mayor ignominia: Ecce homo!

En este oprobio no sólo se revela el amor de Dios, sino el sentido mismo del hombre. Ecce homo: quien quiera conocer al hombre, ha de saber descubrir su sentido, su raíz y su cumplimiento en Cristo, Dios que se humilla por amor «hasta la muerte y muerte de cruz» (Flp 2, 8).

Rosarium Virginis Mariae

Oramos…

Un Padre nuestro
Un Dios te salve María
Un Gloria

Dios te salve, Reina y Madre de Misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra, Dios te salve, a ti clamamos lo desterrados hijos de Eva. A ti suspiramos gimiendo y llorando en este valle de lágrimas.

¡Ea!, pues, Señor, abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos y después de este destierro, muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. Oh clemente, oh piadosa,
oh dulce Virgen María. Ruega por nosotros Santa Madre de Dios, para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.
Amén.

También puedes escuchar la novena haciendo clic aquí