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Novena a la Virgen del Rosario I primer día I Amén Comunicaciones

Novena a la Virgen del Rosario

Novena Virgen de Rosario - primer día- amen comunicaciones

Iniciamos

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos
líbranos Señor, Dios nuestro.
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
Amén.

Acto de contrición

Yo me arrepiento de todos los pecados que he cometido hasta hoy, y me pesa de todo corazón,
porque con ellos he ofendido a un Dios tan bueno. Propongo firmemente no volver a pecar y confío que por tu infinita misericordia me has de conceder el perdón de mis culpas y me has de llevar a la vida eterna. Amén

Oración Inicial

¡Oh Clementísima Virgen!
¡Oh Tiernísima Madre!
¡Oh Dulcísimo María, consuelo y refugio de los pecadores, abogada de los mortales y mediadora entre Dios y los hombres!
¡Oh Blanca Paloma, que, llevando el ramo de la más frondosa oliva, anunciaste la paz a éste, nuestro triste valle!

¡Oh Piadosísima intercesora que, viendo el mundo relajado, revelaste a tu querido hijo santo Domingo, el más oportuno remedio, firme alcázar y seguro asilo del Santísimo Rosario!

Concédenos, Benignísima Madre, que, por los méritos y eficacia de tan querida y saludable devoción, nos dispongamos a vivir siempre en la amistad y en la gracia de Nuestro Dios y Señor y a experimentar la ternura de sus paternales brazos. Y así, poder oír un día aquella dichosa bendición: “venid, benditos de mi Padre a recibir el Reino”, venid benditos de mi Madre a contemplar las delicias de su hermoso rostro y gozar de las ternuras de su dulce pecho en la eterna buenaventura.
Amén.

(Hacer un momento de Silencio para hacer la petición)

María, Madre de gracia, Madre de misericordia, defiéndenos de nuestros enemigos, y ampáranos ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amén.

Día primero

Qué dicen los Santos del Rosario

«Rezar mi Rosario, es mi más dulce ocupación y una verdadera alegría, porque sé que mientras lo rezo estoy hablando con la más amable y generosa de las madres”.
San Francisco de Sales.

Historia de la devoción

Se cuenta que la Virgen María se apareció en 1208 a Santo Domingo de Guzmán en una capilla del monasterio de Prouilhe (Francia) con un rosario en las manos, y le enseñó a rezarlo, diciéndole que lo predicara entre los hombres como arma poderosa en contra de los enemigos de la Fe. Además, formulo grandes promesas y bendiciones para los devotos del santo rosario. En el siglo XVI, Pío V instauró su fiesta y agregó a las letanías de la Virgen, el título de Auxilio de los Cristianos.

Su sucesor, Gregorio XIII, cambió el nombre de su festividad por el de Nuestra Señora del Rosario.

A causa de la victoria en la batalla de Temesvár en 1716, atribuida por Clemente XI a la imagen de la Virgen del Rosario, el Papa ordenó que su fiesta se celebrase en toda la Iglesia universal. León XIII, cuya devoción por esta advocación hizo que fuera llamado el Papa del Rosario, escribió una encíclica referente al rosario, consagró el mes de octubre al mismo e incluyó el título de Reina de Santísimo Rosario en las letanías de la Virgen.

El Rosario es la oración más querida por María y es un compendio de todo el evangelio.

Oramos…

Un Padre nuestro
Un Dios te salve María
Un Gloria

Dios te salve, Reina y Madre de Misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra, Dios te salve, a ti clamamos lo desterrados hijos de Eva. A ti suspiramos gimiendo y llorando en este valle de lágrimas.

¡Ea!, pues, Señor, abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos y después de este destierro, muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. Oh clemente, oh piadosa,
oh dulce Virgen María. Ruega por nosotros Santa Madre de Dios, para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.
Amén.

También puedes escuchar la novena haciendo clic aquí