Novena a la Virgen de Guadalupe
Iniciamos
Por la señal de la Santa Cruz,
De nuestros enemigos,
Líbranos, Señor, Dios nuestro.
En el nombre del Padre
Y del Hijo
Y del Espíritu Santo.
Amén.
Acto de contrición
Jesús, mi Señor y Redentor: Yo me arrepiento de todos los pecados Que he cometido hasta hoy, Y me pesa de todo corazón, porque con ellos, ofendí a un Dios tan bueno.
Propongo firmemente no volver a pecar, Y confió en que, por tu infinita misericordia,
Me has de conceder el perdón de mis culpas Y me has de llevar a la vida eterna.
Amén
Ofrecimiento
Padre de Misericordia, que has puesto a este pueblo tuyo, bajo la especial protección de la siempre Virgen María de Guadalupe, Madre de tu Hijo.
Concédenos, por su intercesión, profundizar en nuestra fe y buscar el progreso de nuestros países por caminos de justicia y de paz.
Por nuestro Señor Jesucristo. Amén.
Oración inicial Diaria de San Juan Pablo II a la Virgen de Guadalupe
¡Oh Virgen Inmaculada!
¡Madre del verdadero Dios y Madre de la Iglesia!
Tú, que desde este lugar manifiestas tu clemencia y tu compasión a todos los que solicitan tu amparo; escucha la oración que con filial confianza te dirigimos, y preséntala ante tu Hijo Jesús, único Redentor nuestro.
Madre de misericordia, a ti, que sales al encuentro de nosotros, los pecadores, te consagramos en este día, todo nuestro ser y todo nuestro amor.
Te consagramos también nuestra vida, nuestros trabajos, nuestras alegrías, nuestras enfermedades y nuestros dolores.
Da la paz, la justicia y la prosperidad a nuestros pueblos; ya que todo lo que tenemos y somos lo ponernos bajo tu cuidado, Señora y Madre nuestra.
Queremos ser totalmente tuyos y recorrer contigo el camino de una plena fidelidad a Jesucristo en su Iglesia. No nos sueltes de tu mano amorosa.
Virgen de Guadalupe, Madre de las Américas, te pedimos por todos los obispos, para que conduzcan a los fieles por senderos de intensa vida cristiana, de amor y de humilde servicio a Dios y a las almas.
Contempla esta inmensa mies, e intercede para que el Señor infunda hambre de santidad en todo el Pueblo de Dios, y otorgue abundantes vocaciones de sacerdotes y religiosos, fuertes en la fe y celosos dispensadores de los misterios de Dios.
Concede a nuestros hogares la gracia de amar y de respetar la vida que comienza. Con el mismo amor con el que concebiste en tu seno la vida del Hijo de Dios.
Virgen Santa María, Madre del Amor Hermoso, protege a nuestras familias, para que estén siempre muy unidas, y bendice la educación de nuestros hijos.
Esperanza nuestra, míranos con compasión, enséñanos a ir continuamente a Jesús y, si caemos, ayúdanos a levantarnos, a volver a Él, mediante la confesión de nuestras culpas y pecados en el sacramento de la penitencia, que trae sosiego al alma.
Te suplicamos que nos concedas un amor muy grande a todos los santos sacramentos que son como las huellas que tu Hijo nos dejó en la tierra.
Así, Madre Santísima, con la paz de Dios en la conciencia, con nuestros corazones libres de mal y de odios, podremos llevar a todos la verdadera alegría y la verdadera paz, que vienen de tu Hijo, nuestro Señor Jesucristo,
Que con Dios Padre y con el Espíritu Santo,
Vive y reina por los siglos de los siglos.
Amén.
Octavo día
Madre Celestial
Nuestra Señora de Guadalupe, madre del cielo y reina nuestra
Meditemos:
Depositemos nuestros miedos y angustias en las manos maternales de María y no quedaremos
Defraudados.
Oremos a nuestra señora de las Américas, la más dulce y más querida madre: Santa María, que bajo la advocación de Nuestra Señora de Guadalupe eres invocada como Madre por los hombres y mujeres del pueblo mexicano y de América Latina.
Santa María, Madre de Dios, ruega por todos nosotros pecadores, que alentados por el amor que nos inspiras, nos Ponemos en tus manos maternales.
Grande eres Nuestra Señora, Virgen Guadalupana, a ti acudimos y en ti confiamos.
Adornada de rosas celestiales eres belleza sin igual, Oh madre nuestra. ¿Porque nos hemos de preocupar? Si tu estas con nosotros?
Oh Madre Nuestra, cúbrenos con tu santo manto.
Amen
Oración de intercesión diaria
Virgen Santísima de Guadalupe, Reina de los Ángeles y Madre de las Américas.
Acudimos a ti hoy como tus amados hijos.
Humildemente te pedimos que intercedas por nosotros y nos ayudes con las necesidades que exponemos en esta novena.
(Hagamos un momento de silencio para pedir la gracia)
Escucha, ¡Oh Virgen de nuestra señora de Guadalupe!, las súplicas que confiados te solicitamos
Amen
PADRENUESTRO…
TRES AVE MARIA…
GLORIA…
Oración final
¡Oh hermosa Madre!
Virgen Santísima de Guadalupe, Señora y Madre nuestra.
Míranos postrados reverentes, como Juan Diego, ante tu sagrada imagen, y concédenos benigna tu amorosa protección.
¡Oh Virgen Inmaculada, Madre del verdadero Dios y Madre de la Iglesia.
Tú, que desde este lugar manifiestas tu clemencia y tu compasión a todos los que solicitan tu amparo; escucha la oración que con filial confianza te dirigimos y preséntala ante tu Hijo Jesús, único redentor nuestro.
Defiéndenos en las tentaciones, consuélanos en las tristezas, y ayúdanos en todas nuestras necesidades.
En los peligros, en las enfermedades, en las persecuciones, en las amarguras, en los abandonos, en la hora de nuestra muerte, míranos con ojos compasivos y no te separes jamás de nosotros.
Te encomendamos las necesidades de nuestro Santísimo Papa, y las de la Iglesia Católica, así como las necesidades de nuestra nación y las del mundo entero, las propias y las de nuestros parientes y amigos.
Deseamos que todos sin excepción nos cobijemos bajo la sombra protectora de tu Santo Manto, que todos estemos unidos a Ti, Madre mía, por los estrechos y amorosos lazos de tu Mirada Santa.
Así sea.
Amén