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Novena a la Divina Misericordia I segundo día I Amén Comunicaciones

Novena a la Divina Misericordia

Novena a la Divina Misericordia - dia segundo - amen comunicaciones

¡Jesús, son impenetrables las maravillas de tu misericordia, no alcanza a sondearlas ni el pecador, ni el justo; miras a todos con compasión, y atraes a todos a tu amor!
Santa Faustina Kowalska

Por la señal de la santa cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS

Dios, Padre misericordioso,
que has revelado tu amor en tu hijo Jesucristo
y lo has derramado sobre nosotros en el Espíritu Santo, Consolador,
te encomendamos hoy el destino del mundo y de todos los hombres.

Inclínate hacia nosotros, pecadores;
sana nuestra debilidad;
derrota todo mal; haz que todos los habitantes de la tierra
experimenten tu misericordia,
para que en ti, Dios uno y trino,
encuentren siempre la fuente de la esperanza.

Padre eterno, por la dolorosa pasión y resurrección de tu Hijo,
ten misericordia de nosotros y del mundo entero.”
Papa Juan Pablo II

DIA 2

HISTORIA DE LA DEVOCIÓN:

¿Quién es Santa Faustina Kowalska?
Santa María Faustina Kowalska es el apóstol de la Divina Misericordia y ha sido incluida por los teólogos entre los más destacados místicos de la Iglesia.
A esta mujer, el Señor Jesús la colmó de muchas gracias extraordinarias entre ellas, los dones de contemplación y de profundo conocimiento del misterio de la Divina Misericordia, visiones, revelaciones, estigmas ocultos, los dones de profecía y de leer en las almas humanas.

Pero también le confió una gran misión: El mensaje de la misericordia dirigido a todo el mundo, diciéndole:
“Te envío a toda la humanidad con mi misericordia.
No quiero castigar a la humanidad doliente, sino que deseo sanarla, abrazarla a mi corazón Misericordioso.
Tú eres la secretaria de Mi misericordia

MEDITEMOS LAS PALABRAS DEL PAPA BENEDICTO XVI:

La misericordia Divina está en todas partes y nos acompaña día a día.
Basta tener el corazón vigilante para poder percibir la misericordia.
Somos muy propensos a notar sólo la fatiga diaria que a nosotros, como hijos de Adán, se nos ha impuesto, pero si abrimos nuestro corazón, entonces, aunque estemos sumergidos en ella, podemos constatar continuamente cuán bueno es Dios con nosotros; cómo piensa en nosotros precisamente en las pequeñas cosas, ayudándonos así a alcanzar las grandes.

MENSAJE DE SANTA FAUSTINA KOWALSKA (DIARIO DE LA DIVINA MISERICORDIA No. 275)
Mi fin es Dios….
Mi felicidad es el cumplimiento de la voluntad de Dios y nada en el
mundo podrá turbarme esta felicidad, ninguna potencia, ninguna fuerza.

ORAMOS POR LAS ALMAS CONSAGRADAS

Jesús de la Divina Misericordia, protege y conduce al grupo elegido de tu viña,
especialmente a los sacerdotes y religiosos, dales la unción y espíritu de amor y servicio,
para que con su testimonio de vida lleven la fe cristiana a miles de almas que necesitan
ser salvadas

Hacemos la petición…

«Por Su Dolorosa Pasión, ten misericordia de nosotros y del mundo entero.» (10 VECES)

ORACIÓN FINAL

De nuevo aquí me tienes Jesús mío, confuso y humillado ante tu altar, sin saber qué decirte ni que hablarte, ansioso solamente de llorar; vengo del mundo, vengo del combate, cansado de sufrir y de luchar.

Traigo el alma llena de tristezas y hambriento el corazón de soledad, de esa soledad dulce, divina, que alegra tu presencia celestial, donde el alma tan solo con mirarte, te dice lo que quiere sin hablar; mis miserias Señor aquí me traen, mírame con ojos de piedad.

Soy el mismo de siempre dueño mío, un abismo infinito de maldad, un triste pecador siempre caído, que llora desolado su orfandad y gime bajo el peso de sus culpas y ansía recobrar su libertad.

Soy un alma sedienta de ventura, un corazón que muere por amar y abrazarse en la llama inextinguible del fuego de tu eterna caridad.

Concédeme Señor que a ti me acerque, permite que tus pies llegue a besar, déjame que los riegue con mi llanto y sacie en ellos mi ardoroso afán

!Oh Dios! qué bien se está aquí mi dueño amado, ante las gradas de tu santo altar, bebiendo de la fuente de agua viva, que brota de tu pecho sin cesar.

Quien pudiera vivir eternamente, en aquella divina soledad, gozando de tu amor y tu hermosura, en un éxtasis dulcísimo de paz.

Amén.

También puedes escuchar la novena haciendo clic aquí