Beato Pío IX
Papa
«Gran predicador, defensor de la Iglesia y su unidad»
Giovanni María nació en Senigallia – Italia el 13 de mayo de 1792. Fue bautizado el mismo día de su nacimiento.
Sufrió en su juventud de ataques epilépticos. Tuvo la experiencia de vivir un retiro espiritual en 1810, del cual sintió que debía ser sacerdote. Su nuevo estilo de vida estuvo inspirado en:
Luchar contra el pecado
Evitar tentaciones
Estudiar más para el bien de los demás.
Abandonarse en las manos de Dios
Es ordenado sacerdote en 1819, después Obispo de la Arquidiócesis de Espoleto, Cardenal y Papa en 1946 llamándose Pio IX
De su vida religiosa se le recuerda por haber sido:
Gran predicador.
Dispuesto a practicar la caridad con todos.
Defensor de la Iglesia y su unidad.
Devoto del Sagrado Corazón de Jesús y de la Virgen María
Promotor de iniciativas en favor de la educación a la juventud.
Alta sensibilidad a la vida contemplativa.
A la Iglesia le deja:
El restablecimiento de la jerarquía católica en Inglaterra, Holanda y Escocia.
La definición solemne del dogma mariano de la Inmaculada Concepción, el 7 de diciembre de 1854.
La promulgación de San José como patrono de la Iglesia universal
la encíclica “Quanta cura” donde Rechaza el falso liberalismo de la época, que amenazaba con destruir la esencia de la Fe y la Religión.
El Concilio Ecuménico Vaticano I” 1869 -1870
Muere el 7 de febrero de 1878.
El 3 de septiembre del 2000, fue Beatificado por el Papa San Juan Pablo II.
Enseñanzas para la vida:
El beato Pío IX, se entregó con generosidad y disponibilidad al servicio de la Iglesia y de su pueblo.
Supo unir en su vida, la firmeza con la comprensión y la oración.
Sufrió pero se abandonó a Dios.
Hoy debemos entender que las contrariedades, sufrimientos y obstáculos que podamos tener en la vida, nos sirven para tener otra mirada distinta y para saber buscar lo esencial, “Dios en el corazón”.
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