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¿Cómo cambiar mi manera de pensar?

Quien aprende a vivir bien es capaz de escribir su historia de otra manera

Tener sabiduría para vivir es saber saborear la vida, es ir más allá y trascender la existencia. No vale la pena detener el camino y limitar las opciones infinitas que Dios nos presenta. Solo basta entender que hay muchas razones para vivir y que solo basta discernir y elegir bien.

A través de mi experiencia personal quiero darte motivos para ver la vida de otra manera:

Vivo en Colombia en una ciudad rodeada de montañas, es conocida como la ciudad de la eterna primavera. En Medellín, algunas montañas son más altas que otras y forman un armónico paisaje con las nubes y el color del cielo. Las casas son construidas en medio de ellas, incluso algunas se plantan en partes elevadas de estos relieves.

Los días soleados son maravillosos en esta ciudad, porque se puede apreciar cada fino detalle y tonalidad, que dejan un gran deseo de estar en lo alto para divisar todo el horizonte. Cuando llueve, la neblina cubre gran parte de las montañas. Pareciera que se hubieran mudado de su lugar habitual o que no existieran. Sin embargo, con el pasar de las horas, el verde comienza a dar pinceladas ante los ojos, ratificando que nunca se han ido, que siempre han estado allí.

¡Cuando no trascendemos la mirada, es imposible ver más allá de lo meramente evidente! Solemos ver las situaciones como fotografías. Imágenes estáticas, instantáneas que, si bien cuentan una historia, no nos dejan ver el contexto completo.

piensa diferente - padre carlos yepes

Recuerdo con profundo agrado un sueño que tuve hace algunos años: «Una muy buena amiga estaba sentada al borde de una piscina, yo caminaba hacia ella por el rededor de ese rectangular espacio que albergaba agua sucia. Ella, entonces, ingresó al agua y disfrutaba mucho estar allí, yo mientras tanto, fruncí el ceño y pregunté: «¿Cómo es posible que estés en esa piscina que está tan sucia?» Ella se detuvo a mirar el agua y me dijo ¿Estás segura de lo que estás viendo? Y prosiguió diciendo: «debes mirar el fondo de las cosas, su profundidad, y no basarte solo en lo externo». Estas palabras las guardo en lo profundo de mi corazón hasta el día de hoy. En el momento en que ella terminó de hablar, cerré mis ojos, y al abrirlos, lentamente me di cuenta que el piso de la piscina era de color café y eso era lo que hacía que el agua se viera oscura, porque el color del agua conservaba en sí misma su tono natural.

Era evidente que estaba viendo mal, estaba ciega. Como en muchos momentos de la vida todos lo hemos estado. Algunas cegueras conscientes, otras camufladas en el vaivén de la vida. Bendito sueño en el que entendí cuán importante es remar más adentro en la vida para encontrarnos con los tesoros escondidos del grandioso mar. Así es la vida diaria, llena de tanta trascendencia, pero vacía, muchas veces, por las carreras, distracciones y ocupaciones.

Bendito aquel lugar en que todas las personas, sin distinción alguna, podemos ser testigos de la trascendencia de la vida. No sé cual sea tu piscina (realidad), no sé qué te está impidiendo ver la vida de manera holística. Quizá sientas que no hay más opciones que las evidentes ante ti; pero lo cierto es que la vida tiene valor cuando la iluminas y la mejor manera de hacerlo es: teniendo a Dios en tu vida y entregándote a los demás. ¡Vivir es amar!, ¡Vivir es Servir!, ¡Vivir es trascender!

Jamás podrás imaginar todas las razones que tienes para vivir, solo déjate llevar por tu corazón. Quizá en este momento lo que debes trascender es la manera en la que has vivido, por años, la Semana Santa. Te invito a que des un paso más, ¡Vive la semana Santa 2022 como si fuera la última opción que existe en el planeta! No tienes nada que perder, pero sí todo por ganar.