¿Es importante leer la Biblia?
El ser humano es un buscador eterno de felicidad. La busca en lugares, cosas y personas que tienden a dejar un vacío grande y profundo. Es una búsqueda, muchas veces, inconsciente, que se camufla en los entretenimientos que ofrece el mundo en el tener, el poder y el placer.
Los cristianos católicos practicantes somos conscientes que la verdadera felicidad proviene de Dios. Es una experiencia desbordante que después de vivirla, no se le puede comparar con nada. Sin embargo, inmersos en el mundo, llegan momentos en los cuales la mala memoria cobra su factura, porque nos olvidamos de todo el bien que Dios ha hecho en nuestra vida, y se desvirtúa la relación personal que se ha cultivado con el Señor. Por eso, se llega a un punto en donde se escuchan expresiones tales como: “no sé interpretar la voluntad de Dios”, “no escucho la voz de Dios”.
Frente a esta realidad de desconexión que se presenta con Dios, que es más común de lo que podemos imaginar, hay un llamado que la Iglesia nos hace a todos: enamorarnos de la Sagrada Escritura que es palabra de Dios, por medio de la cual Él nos habla todos los días.
Cada año, en el mes de septiembre, se celebra la Biblia, y con ello se renueva la invitación para leerla, conocerla y apreciarla. Esta conmemoración, se realiza, en gran parte, gracias a San Jerónimo, quien tradujo la Sagrada Escritura del griego y del hebreo al latín, en la versión conocida como la Vulgata.
Este santo hombre, hizo posible que la Iglesia contara con esa versión oficial durante mucho tiempo, y convencido del tesoro que representaba el texto Sagrado, solía decir: “Cuando tú oras le hablas a Jesús, cuando lees la Escritura es Él quien te habla” San Jerónimo
Pero, ¿Cómo despertar gusto para leer la Biblia?
Leer la biblia como un libro más, como la unión de acontecimientos que se suman a la cultura general es una manera de hacerlo. Sin embargo, se corre el riesgo de que el texto se quede plano y no genere eco en la vida de quien lo lee. Por ello, el ingrediente fundamental para despertar gusto por la lectura de la Sagrada Escritura es clamar la presencia del Espíritu Santo, que viene a revelar a cada persona que lee, lo que quiere decirle en el momento puntual de la historia.
“Ama la Sagrada Escritura y la sabiduría te amará; ámala tiernamente, y ella te custodiará; hónrala y recibirás sus caricias. Que ella sea como para ti tus collares y tus pendientes” San Jerónimo
La actitud esencial para la lectura de la Sagrada Escritura debe ser una oración sincera y sentida que prepare y disponga el corazón. Saborear cada palabra es permitir que confronte la vida y lea mi existencia, “Porque la palabra de Dios tiene vida y poder. Es más cortante que cualquier espada de dos filos, y penetra hasta lo más profundo del alma y del espíritu, hasta lo más íntimo de la persona; y somete a juicio los pensamientos y las intenciones del corazón.” Hebreos 4, 12
Pero, sin lugar a dudas, la razón más poderosa para emprender la lectura de la Biblia, la describe en una historia, Hans-Ruendi en su obra: El libro que me lee: «Una mujer de pueblo solía pasear llevando siempre la Biblia consigo. ¿Por qué siempre la Biblia? – Le preguntaron burlonamente los vecinos- puedes leer muchos otros libros. La mujer se arrodilló, alzó la Biblia sobre su cabeza y dijo: Por supuesto que yo podría leer muchos otros libros, pero solo hay un libro que me lee a mí«.
¿Cuál es la clave para entender la Biblia?
La Sagrada Escritura es un compendio de 73 libros. Divididos en el Antiguo Testamento con 46 libros y el Nuevo Testamento con 27. Cada uno de ellos inspirado por el Espíritu Santo.
La Biblia es una biblioteca que narra la historia de amor y salvación de Dios por la humanidad, y que todas las personas en el mundo deberían leer, apropiarse de cada palabra y anclarla a sus corazones. Ahora bien, interpretar la Palabra de Dios es un acto fundamental para que se puedan suscitar cambios internos y que repercutan, positivamente, a nivel externo.
«El medio más sencillo de encender esta llama -el amor de nuestro Señor- en el corazón de los fieles es explicarles el Evangelio». San Juan María Vianney
En su gran pedagogía, la Iglesia nos propone hacer la lectura orante “Lectio Divina” en latín, de la Palabra de Dios, que se compone de cinco momentos:
1). Orar pidiendo el Espíritu Santo:
2). Lectura del texto: (Contexto)
3). Meditación (Qué me dice el Texto)
4). Oración: (¿Qué le respondo yo a Dios?)
5). Contemplación (¿A qué me comprometo?)
Seguir esta metodología es clave para entender que la Biblia lee mi historia en el marco de la fe. Es por esto que un mismo versículo, puede revelarme algo en mi presente, pero ese mismo versículo puede mostrarme algo distinto el día de mañana; ese es el Espíritu nuevo, creativo y detallista del Señor.
Otro punto importante para entender la Biblia es saber que presenta distintos géneros literarios, por esta razón, identificarlos nos va a ayudar a entender mejor lo que estamos leyendo.
Quiero leer la Biblia, pero no sé por dónde empezar.
Si estás pensando emprender la lectura de la Biblia, es recomendable iniciar conociendo al autor y centro de la Sagrada Escritura. Por tal motivo, se sugiere empezar por el Evangelio, en especial de Marcos, dado que es el más corto, y según los expertos, fue el primero que se escribió y responde a la pregunta sobre ¿Quién es Jesús?
En adelante, se pueden continuar con Lucas, Mateo y Juan. Después con Hechos de los Apóstoles y las distintas cartas, y finalmente con el Antiguo Testamento.
Sin lugar a dudas, las claves mencionadas son importantes, pero lo más relevante es iniciar esta aventura de fe pidiendo la asistencia del Santo Espíritu de Dios para que custodie cada momento de encuentro que se suscitara a través de la lectura de su Santa Palabra, porque “una sola palabra suya, bastará para sanarnos”.
