Inicio / Vive con Sentido / La verdad nos hace libres.
Generic filters

Filtro

La verdad nos hace libres.

El respeto y tolerancia nos hace humanos

Por: Diego Alejandro Polo Salazar

En 1896 el artista francés, Jean-Léon Gérôme, pintó la obra que lo catapultó al reconocimiento mundial, la llamó: La verdad que sale del pozo con su látigo para castigar a la humanidad, siendo en francés su título original: La Vérité sortant du puits armée de son martinet pour châtier l’humanité. La pintura trae consigo un mito o creencia sobre el por qué de su esencia, pues, cuenta la leyenda, que un día la verdad y la mentira se cruzaron.

-Buen día. Dijo la mentira.
-Buenos días. Contestó la verdad.
-Hermoso día. Dijo la mentira.
Entonces la verdad se asomó para ver si era cierto. Lo era.
-Hermoso día. Dijo entonces la verdad.
-Aún más hermoso está el lago. Dijo la mentira.
Entonces la verdad miró hacia el lago y vio que la mentira decía la verdad y asintió.
Corrió la mentira hacia el agua y dijo… -El agua está aún más hermosa. Nademos.
La verdad tocó el agua con sus dedos y realmente estaba hermosa y confió en la mentira.
Ambas se sacaron las ropas y nadaron tranquilas.
Un rato después salió la mentira, se vistió con las ropas de la verdad y se fue.
La verdad, incapaz de vestirse con las ropas de la mentira comenzó a caminar sin ropas y todos se horrorizaban al verla.
Es así como aún hoy en día la gente prefiere aceptar la mentira disfrazada de verdad y no la verdad al desnudo.

Sin embargo, según Gérôme, la pintura se refería discretamente al Caso Dreyfus, un caso que conmocionó a la sociedad francesa durante doce años, de 1894 a 1906 en el que la víctima fue el capitán Alfred Dreyfus, de origen judío-alsaciano, marcando un hito en la historia del antisemitismo, pues el capitán fue acusado de traición sin pruebas algunas y el verdadero culpable fue absuelto por los altos mandos políticos y militares de la época.

El auge de esa coyuntura social retumbó cuando se dio la revelación del escándalo en J’accuse!(Yo acuso), un artículo de Émile Zola de 1898, que provocó una sucesión de crisis políticas y sociales inéditas en Francia que, en el momento de su apogeo en 1899, revelaron las fracturas pronunciadas que subyacían en la Tercera República Francesa. Dividió profunda y duraderamente a los franceses en dos campos opuestos, los dreyfusards (partidarios de Dreyfus) y los antidreyfusards (opositores a Dreyfus). Reveló también la existencia en la sociedad francesa de un núcleo de violento nacionalismo y antisemitismo difundido por una prensa sumamente influyente entre la que destacaba el periódico antisemita La Libre Parole de Édouard Drumont.

Traigo a caso estos ejemplos para reflexionar sobre la situación que vive el país, si bien los problemas en Colombia han sido cíclicos y similares durante los más de 200 años que tenemos como nación libre, el gran problema que sigue sin sanar es el de las mentiras y la desinformación que nos han logrado dividir.

El uso inadecuado de las redes sociales, el mal desempeño de la labor profesional y ética de la gran mayoría de medios de comunicación han sido un caldo de cultivo para la polarización y violencia desenfrenada en que está sumida la sociedad colombiana. Es labor de cada uno de nosotros tomar partido frente a la situación y ser consciente que un país, una comunidad y una buena convivencia se construye desde la aceptación del otro, el amor y ayuda al prójimo, entender que el diferente es igual de importante que uno.

Una sociedad donde se aceptan las diferencias y donde prevalece la honestidad por encima de cualquier creencia y postura de pensamiento es la base solida para la sana convivencia y la construcción de una mejor nación para nosotros y la generaciones venideras.

Todo cambio llega desde que se acepte al diferente como parte del cambio, como un igual al que se debe respetar y escuchar. La construcción de un discurso de odio solo será pertinente para seguir sumidos en la violencia que vivimos día a día, pero si se debe ser reiterativo en algo es en ser honestos y respetar al otro, pues esa es una forma fundamental de ir frenando una guerra, y la guerra frena todo avance y construcción de sociedad.

Debemos recordar que la verdad nos hará libre, el respeto y tolerancia nos hará humanos.