Medita con las lecturas y la reflexión del Santo Evangelio de hoy 31 julio 2024
Escucha el Evangelio del día 31 julio
Lectura del día de hoy
Jr 15, 10.16-21 • ¿Por qué se ha hecho crónica mi llaga? Si vuelves, estarás a mi servicio.
¡Ay de mí, madre mía, me has engendrado para discutir y pleitear por todo el país!
Ni presté ni me han prestado, en cambio, todos me maldicen.
Si encontraba tus palabras, las devoraba: tus palabras me servían de gozo, eran la alegría de mi corazón,
y tu nombre era invocado sobre mí, Señor Dios del universo.
No me junté con la gente amiga de la juerga y el disfrute; me forzaste a vivir en soledad, pues me habías llenado de tu ira.
¿Por qué se ha hecho crónica mi llaga, enconada e incurable mi herida?
Te has vuelto para mí arroyo engañoso de aguas inconstantes.
Entonces respondió el Señor: «Si vuelves, te dejaré volver, y así estarás a mi servicio; si separas la escoria del metal, yo hablaré por tu boca.
Ellos volverán a ti, pero tú no vuelvas a ellos.
Haré de ti frente al pueblo muralla de bronce inexpugnable: lucharán contra ti, pero no te podrán,
porque yo estoy contigo para librarte y salvarte -oráculo del Señor-. Te libraré de manos de los malvados, te rescataré del puño de los violentos».
Palabra de Dios
Salmo del día de hoy
Salmo 58, 2-3.4-5a.10-11.17.18
℟. Dios es mi refugio en el peligro.
Líbrame de mi enemigo, Dios mío; protégeme de mis agresores,
líbrame de los malhechores, sálvame de los hombres sanguinarios. ℟
Mira que me están acechando, y me acosan los poderosos:
sin que yo haya pecado ni faltado, Señor. ℟
Por ti velo, fortaleza mía, que mi alcázar es Dios.
Que tu favor se me adelante, Dios mío, y me haga ver la derrota de mi enemigo. ℟
Pero yo cantaré tu fuerza, por la mañana proclamaré tu misericordia,
porque has sido mi alcázar y mi refugio en el peligro. ℟
Y tocaré en tu honor, fuerza mía, porque tú, oh, Dios, eres mi alcázar,
Dios mío, misericordia mía. ℟
Evangelio del día de hoy
Mt 13, 44-46 • Vende todo lo que tiene y compra el campo.
En aquel tiempo, dijo Jesús al gentío:
«El reino de los cielos se parece a un tesoro escondido en el campo: el que lo encuentra, lo vuelve a esconder y, lleno de alegría, va a vender todo lo que tiene y compra el campo.
El reino de los cielos se parece también a un comerciante de perlas finas, que al encontrar una de gran valor se va a vender todo lo que tiene y la compra».
Palabra del Señor